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  Editorial nº 18
 

 

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Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Editorial nº 18. Vol 2 nº 12, diciembre 2002.
Autor: María Jesús Tomey Soria

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Plantillas de enfermería, especialidades de enfermería

En  la Universidad de Pennsylvania (EEUU) se ha realizado un trabajo de investigación (1), comentado en REMI (2), en el que incluyen pruebas en 168 hospitales generales, en los cuales realizaron encuestas a más de 10.000 profesionales de los equipos de enfermería y 232.342 pacientes sometidos a cirugías ortopédicas o vasculares.

El ratio enfermera/pacientes era 1/5 o menos, se analizaron  los índices de morbi/mortalidad  y del total de pacientes estudiados el 23,2% experimentaba una complicación mayor no presente al ingreso y el 2% falleció durante los 30 días siguientes a la misma. La mortalidad entre los pacientes que presentaron complicaciones fue del 8,4%.

Esto que ocurre en un Estado de USA, es muy interesante, teniendo en cuenta que el 43% de las enfermeras presentaban puntuaciones de burnout elevadas y una proporción similar estaba descontenta con sus trabajos actuales.

En España la titulación oficial de Enfermería es una, y no varias como ocurre en EEUU, donde existen diferentes titulaciones al respecto, que serían equivalentes a nuestras Auxiliares de Enfermería, Enfermeras Diplomadas, y enfermeras especialistas. En este trabajo se informa que cuando las enfermeras eran de la primera categoría mencionada, aumentaba ligeramente la proporción de complicaciones.

En España llevamos desde el año 1987 esperando las especialidades de enfermería que no llegan, y mientras tanto las enfermeras que trabajamos con pacientes críticos nos encontramos cada período vacacional con el problema de las contrataciones, a saber:

A pesar de las múltiples recomendaciones internacionales, que luego veremos, no se ha desarrollado la especialidad y por tanto, aunque se posea una amplia formación post-grado, a cargo del propio profesional (la formación continuada  a cargo de la empresa suele ser escasa, y con pocas plazas), no se puede asegurar el puesto de trabajo en el área de mayor formación.

En las Escuelas Universitarias de Enfermería nos enseñan, según los planes de estudios, a tratar a los pacientes de forma general. Una vez que llegamos a los hospitales y comenzamos a trabajar, se inicia la dura tarea de la formación a golpe de práctica.

Cuando salimos de las escuelas de enfermería, la formación recibida nunca dice que trabajaremos con enfermos, a cargo de gestores, a los que en muchas ocasiones sólo les preocupa la cantidad (supervivientes o no), y no la calidad de la supervivencia en función de los cuidados. Lo más duro resulta saberles conscientes de que la calidad existe y lo demuestran cuando en determinadas ocasiones hacen que a pacientes importantes para ellos, (la presión de la prensa, y no tanto la opinión pública popular...) se les proporciona un despliegue de medios muy superior a la media del resto de pacientes, para que los cuidados que reciban sean de élite.

La no valoración del curriculum hace que la atención al paciente crítico no sea de la suficiente calidad, y ¿hasta qué punto podemos considerar culpable al profesional de enfermería no cualificado, cuando esta cualificación no le ha sido exigida para su contratación?. Nos empezamos a enfrentar a problemas “sociales” que se nos escapan, a saber:

  • Sindicatos: tanto los profesionales como los no profesionales propugnan la forma igualitaria de contratación (bolsa de trabajo), con puntuación por baremos establecidos, de modo que a mayor puntuación mejor número para la contratación.

  • Gestores: Mientras no exista personal especializado, mayor “economía” en el capítulo de personal. No son conscientes de que lo barato puede ser muy caro; el desconocimiento de los cuidados necesarios genera un aumento de complicaciones y de la estancia en UCI, además de posibilitar una mayor cantidad de secuelas, con el consiguiente aumento del gasto sanitario global.

El estudio EURICUS I (3) resalta en sus conclusiones la carencia cualitativa de las enfermeras que atienden a pacientes en unidades de cuidados críticos:

“El nivel de formación de enfermería de estas unidades no es suficiente para ejercer de forma eficaz, eficiente y rápida las actividades multidisciplinarias que comporta un tratamiento valorado...”

Por todo ello es tremendamente preocupante el estudio de JAMA, pero la situación en España en lo referente a los cuidados del paciente crítico también sería mejorable.

María Jesús Tomey Soria
Presidenta de la SEEIUC
(Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias)
©REMI, http://remi.uninet.edu. Diciembre 2002.

Enlaces:

  1. Aiken LH, Clarke SP, Sloane DM, Sochalski J, Silber JH.: Hospital nurse staffing and patient mortality, nurse burnout, and job dissatisfaction. JAMA 2002; 288: 1987-1993. [Resumen Medline].

  2. Díaz Alersi, Ramón. Relación enfermera-paciente y mortalidad hospitalaria. REMI 2002; 2 (11): 497.

  3. Reis Miranda D. El impacto de la organización sobre la calidad de la medicina intensiva. Presentación de un estudio europeo. EURICUS-I. Rev Calidad Asistencial 1996; 11: S74-S79.

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última modificación: 01/07/2007