Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Artículo nº 633. Vol 3 nº 6, julio 2003.
Autor: Juan Carlos Montejo González
http://remi.uninet.edu/2003/07/REMI0633.htm

¿Es el hospital el peor restaurante de la ciudad?

Artículo original: Dupertuis YM, Kossovsky MP, Kyle UG, Raguso CA, Genton L, Pichard C. Food intake in 1707 hospitalised patients: a prospective comprehensive hospital survey. Clin Nutr 2003; 22: 115-123.

Introducción: La mayoría de los pacientes ingresados en un hospital son capaces de llevar a cabo una ingesta alimentaria para hacer frente a sus necesidades nutricionales. La dietética hospitalaria lleva a cabo una encomiable labor en la confección del código de dietas del hospital con el fin de que la comida ofertada a los enfermos se encuentre adaptada en cada caso tanto a la condición patológica como a las necesidades energético-proteicas, teniendo en cuenta, incluso, factores culturales en la elaboración y en la presentación de los platos. A pesar de esos esfuerzos, son varios los estudios que muestran que los pacientes dependientes del “menú hospitalario” pueden llegar a encontrarse en una situación de desnutrición debido distintos factores que pueden conducir a una insuficiente ingesta de nutrientes.

Resumen: En un estudio observacional llevado a cabo en un único centro en Suiza, un equipo de 48 dietistas analizó prospectivamente las calorías y las proteínas aportadas por la comida hospitalaria en los pacientes que recibían un menú completo (tres comidas al día), calculándose lo que realmente habían ingerido los pacientes. La comida ofrecida contenía un exceso de calorías y de proteínas del 41% y el 15% respectivamente, sobre los requerimientos medios calculados. Como media, los pacientes ingirieron el 76% de las calorías y el 73% de las proteínas ofertadas diariamente en el menú. El 69% de los enfermos no ingirieron lo suficiente para cumplir sus requerimientos teóricos. Los factores que contribuyeron a la baja ingesta alimenticia fueron detectados mediante una encuesta estructurada que se llevó a cabo en cada paciente. Mediante ella se apreció que la propia enfermedad fue la principal responsable de la “inapetencia” en el 41% de los casos. En el 59% de las ocasiones la “falta de apetito” se relacionó con otros factores como la estancia prolongada, las restricciones dietéticas, el horario inadecuado o el “entorno culinario”. Los autores sugieren, finalmente, algunas modificaciones dirigidas a incrementar la ingesta de los pacientes.

Comentario: Aunque la incidencia de nutrición artificial en pacientes críticos es elevada, existen también pacientes que dependen exclusivamente del “menú hospitalario” para suplir sus requerimientos. En cualquier caso, es responsabilidad de todo el equipo sanitario que atiende al paciente el detectar las desviaciones de la ingesta dietética sobre los planes previstos y colaborar en la corrección de las mismas. Esto es fundamental  si se quiere evitar que los pacientes ingresados se desnutran a pesar de “comer” el menú hospitalario, teóricamente dirigido a contribuir a la curación de su enfermedad.

Juan Carlos Montejo González
©REMI,
http://remi.uninet.edu
. Julio 2003.

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Palabras clave: Nutrición hospitalaria, Requerimientos energéticos, Malnutrición.