ISSN: 1578-7710

  Caso problema nº 2
 

 

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Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Caso problema nº 2. Vol 3 nº 11, nov 2003.

Presentación: Eduardo Palencia Herrejón

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Limitación del esfuerzo terapéutico requerida por los familiares
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Sepsis meningocócica en una mujer joven con gangrena de las cuatro extremidades


Comentarios recibidos: [Vicente Gómez Tello] [Jose María Campos Romero] [Lluis Cabré Pericas] [Mª Teresa Hermana Tezanos] [Luis Arantón] [Antonio J Valenzuela] [Ángel Robles] [Lluis Cabré Pericas] [Ángel Alfredo Martínez Ques] [Jose Manuel Velasco Bueno] [Ángel Robles] [Segunda parte: cuestionando la decisión]

Comentario: Vicente Gómez Tello

Estimados lectores de REMI; tras leer tan dramático caso haría dos consideraciones:

El tratamiento de la enferma fue el correcto. Es más, felicito a los compañeros del Hospital Gregorio Marañón por el uso de proteína C, ya que la sepsis meningocócica con fracaso orgánico se asienta sobre una trombosis capilar masiva, terreno donde la proteína C puede ejercer una acción de capital importancia para evitar su progresión. De hecho podría especularse, con toda precaución y cautela, que la supervivencia de esta enferma durante tantos días ha podido deberse en parte a su efecto. Los que hemos visto fallecer a enfermos similares en menos de 12 horas, sin que las medidas de soporte tengan efecto alguno, albergamos la esperanza de que este fármaco pueda revertir la disfunción multiorgánica fulminante. Los resultados preliminares de un estudio abierto (en el que hemos participado) muestran una mortalidad baja; no obstante el artículo no ha sido publicado y se desconocen las características de los enfermos.

En segundo lugar, la decisión sobre no prolongar medidas es éticamente irreprochable. La familia, como representante directa de la enferma, transmite sus deseos de que la amputación es una medida que limitará terriblemente una vida digna (sería un equivalente a una tetraplejia funcional). Aquí el principal criterio que se respeta es el de autonomía. La enferma ha tomado una decisión previa (en boca de su familia) plenamente válida, porque no se trata de eutanasia sino de limitación de esfuerzo, con la negativa a aceptar una alternativa terapéutica con una dudosa beneficencia (funcional) futura. Este segundo criterio, el de beneficencia, habría que aplicarlo no a conservar la vida a toda costa, opinión que en absoluto comparto, sino en el sentido de dignidad (siempre subjetiva) e independencia funcionales (de nuevo autonomía). Es posible que en otros casos, enferma y familiares podrían haber optado por la aceptación de una situación de invalidez buscando la vida como criterio superior. Esta opción es igualmente irreprochable porque se asienta en una escala de valores igualmente lícitas.

Considero que el manejo de la situación ética ha sido exquisita al involucrar a familiares, médicos, gerencia y consultores éticos.

Vicente Gómez Tello
Unidad de Cuidados Intensivos
Clínica Moncloa, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu. Noviembre 2003.

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Comentario: Jose María Campos Romero

Era una decisión difícil, pero creo que se tomaron todas las precauciones para que se hicieran las cosas de forma prudencial. Es decir, se discutió el caso entre el equipo asistencial y la familia y después se recabó la opinión del comité asistencial de ética.

No obstante, debemos tener mucho cuidado en estas situaciones, porque me da la impresión de que la familia expresaba su punto de vista y no el de la enferma, que no estaba en condiciones de expresarla (estaba sedada) y es difícil pensar que una situación como ésta se hubiese podido imaginar previamente, para poder dar directivas previas. Por eso debemos hacer un esfuerzo importante en conocer las motivaciones de la familia para la toma de decisiones, y asegurarnos de que en todo momento tanto la familia como nosotros estamos buscando el mayor beneficio del paciente, ya que la opinión del mismo (autonomía) no nos consta claramente. Por eso es tan importante contar con un Comité de Ética en los hospitales, que nos ayuden a precisar estas cuestiones.

No sé si en este caso se limitaron otras medidas o simplemente se excluyó la intervención quirúrgica (el evolutivo es de 29 días), pero una vez tomada la decisión se deberían haber retirado las medidas de apoyo vital, como seguramente se hizo.

Un saludo
José María Campos Romero
Hospital General de Segovia

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Comentario: Lluis Cabré Pericas

Desde luego el caso es duro, pero creo se hicieron las cosas correctamente así como la actuación del CEA. Es evidente que la Autonomía o nos la creemos y la aceptamos, o si no estamos haciendo otras cosas. No solo hay que aceptar la Autonomía de otros cuando comulga con nuestras ideas. Cuando no es así hay que aceptarla igualmente.

En este caso los representantes de la paciente son sus padres, y si verdaderamente su opinión es la que ella hubiese tomado, hay que respetarla aunque nos duela ver morir a una joven en estas circunstancias.

Un abrazo,

Lluis Cabré Pericas
Hospital de Barcelona

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Comentario: María Teresa Hermana Tezanos

Considerando excelente el abordaje del problema ético surgido en esta paciente, sin embargo se me plantea una duda.

Solo se habla de la expresión por la familia de la supuesta voluntad  de la paciente, perfectamente válido en un caso de urgencia y/o de imposibilidad de ser manifestada por el propio paciente.

Pero, dada la larga evolución del caso, planteándose las amputaciones suponemos que próximamente a ese 29º día, en que fallece, me gustaría conocer los motivos por los que no consta la voluntad expresa de la propia paciente, adulta: ¿cuál era entonces su situación en cuanto a nivel de conciencia? ¿se sumaba al cuadro clínico descrito algún déficit neurológico, o su situación  seguía haciendo necesaria la sedación profunda?

Nos falta conocer esos extremos para que la actuación narrada sea completamente acorde al principio de Autonomía.

Saludos,

MT Hermana Tezanos
UCIP
H Cruces. Bilbao

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Comentario: Luis Arantón

Vaya por delante mi enhorabuena al personal del Gregorio Marañón, por su manera de enfocar y resolver la situación.

Excelente caso para que TODOS nos replanteemos muchas cosas. Cuando nos encontramos con este tipo de situaciones, entran en juego muchísimos condicionantes (personales, familiares, culturales, profesionales...), que dificultan sobremanera la toma de decisiones.

Si bien es cierto que en los últimos años se ha ido legislando sobre "testamento vital" y "últimas voluntades" (como comentaba Iván Ortega), también lo es que en muchos casos, la ley es suficientemente ambigua para que quepan "legalmente" todas las posibilidades, en uno u otro sentido; lo que nos lleva a encontrarnos (sin duda más veces de las que quisiéramos) con ciertos tipos de encarnizamiento terapéutico o distanasia, que a mi juicio son tan reprobables, como lo es, la eutanasia (mantener la vida a toda costa, no puede ser nunca el objetivo asistencial).

Sin ninguna duda, como comenta Vicente Gómez Tello, la decisión de no prolongar medidas en esta paciente, es éticamente irreprochable.

Hay que tener en cuenta que el principio ético de beneficencia "hacer el bien a quien lo pida" es un valor subjetivo y diferente para cada persona; depende siempre del sistema de valores propios, y es además inseparable del principio de autonomía (actuar con conocimiento de causa y sin coerción), ambos se refieren al ámbito de lo concreto y particular de cada persona; por lo tanto es preciso comunicarse con el enfermo para conocer su concepto de "bien" y respetarlo. Cuando la persona atendida no pueda decidir por sí misma, también hay que hacerle el bien, entendiendo por bien lo que expresan quienes le conocen y hablan por ella. El principio de autonomía matiza de una manera fundamental el de beneficencia: lo bueno ya no es objetivo ni externo a la propia persona, sino que ésta ha de definir lo que es bueno para sí misma. Por lo tanto, no se puede hacer el bien a otro en contra de su voluntad, aunque sí haya obligación de no hacerle el mal.

Los comités de ética clínica se están mostrando fundamentales a la hora de asesorar y colaborar en la toma de decisiones (en todos los casos que conozco así ha sido), pero ello requiere que se le hagan las consultas oportunas y en los momentos adecuados, con el tiempo suficiente para analizar los casos y que las decisiones, sean cuales sean, se respeten y puedan adoptarse con las suficientes garantías... y todo ello, compañeros, depende exclusivamente de nosotros, como profesionales.

Salu2 a to2.

Luis Arantón. Enfermero
C.H. Arquitecto Marcide
Ferrol - A Coruña

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Comentario: Antonio J. Valenzuela

A colación del tema que se viene tratando, quisiera introducir aquí si es posible, el texto de una de las recomendaciones científicas que la SEEUE, Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias, tiene planteada alrededor de la resolución de conflictos éticos en Urgencias por parte del personal de enfermería, si queréis como declaración de principios, aunque en un sentido más global que el que tratamos en este caso, en el que considero que la actuación, contando con la existencia de un comité ético y que la paciente no pudo definirse en este sentido, fue la correcta. Son muchas las situaciones en que, aún hoy, el personal de enfermería no cuenta con el respaldo del equipo ante el dilema de cómo actuar en consideración a unas decisiones apremiadas por el tiempo, el estado del paciente, las contradicciones culturales, el contexto en que se produce la urgencia/emergencia, etc. y es de donde surge este planteamiento redactado como recomendación.

RECOMENDACIÓN CIENTÍFICA 00/01/03, DE 15 DE MARZO DE 2000, RESOLUCIÓN DE DILEMAS ÉTICOS EN ENFERMERÍA DE URGENCIAS POR APLICACIÓN DEL MÉTODO DOER®

El DILEMA ÉTICO surge y se instaura cuando las vivencias de las situaciones del medio asistencial son sentidas de forma contrapuesta, o al menos distinta, entre el paciente y el equipo asistencial, ya sea por razones de conocimiento o de formación/información, por el hecho cultural de cada individuo, de creencias o costumbres, etc.*

* Meseguer Liza, C. Ética enfermera: evolución desde la ética filosófica hacia la ética del cuidado. VII Mesa Debate con el experto en atención urgente. Madrid, 15 de Marzo de 2000, Hosp. Doce de Octubre.

Los principios básicos de la ética, autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia, constituyen el pilar donde asienta la ética de los cuidados, ética por excelencia de enfermería sin exclusiones o preponderancias limitadas al medio asistencial, lo que viene a significar que en el ámbito de las urgencias/emergencias no caben otras excepciones que las específicas en cada caso por la consecución de resultados rápidos y eficientes.*

* Romero-Nieva Lozano, J. Ética y Enfermería de Urgencias. A Coruña, Junio 1999, Congreso

Los aspectos más destacados a la hora de tomar decisiones en procedimientos clínicos son, entre otros, los siguientes: factores que hacen referencia a los parámetros estrictamente médicos; factores que hacen referencia a la participación del paciente en la toma de decisiones en los que interviene la enfermera de forma directa, tales como el consentimiento informado, valoración riesgo-beneficio, interacción equipo asistencial, paciente y familia y rechazo al tratamiento.

Referente a las situaciones de urgencias donde no cabe la posibilidad de una adecuada reflexión y contraste con el propio paciente, la decisión viene precedida por los siguientes factores: tiempo, incapacidad de evaluar la situación, inconsciencia, ausencia de familiares, compromiso vital, posibilidad de muerte, posibilidad de trasplante.*

* Torralba Madrid, M. J. Método enfermero para aplicar la ética en la práctica clínica. VII Mesa Debate con el Experto en Atención Urgente, 15 de Marzo de 2000, Hospital Doce de Octubre, Madrid.

MODELOS EN LA TOMA DE DECISIONES

Es importante que enfermería conozca los diferentes modelos éticos que se han ido configurando a lo largo de la historia del pensamiento y del conocimiento humanos, valorándolos como diversas posibilidades de contemplar la realidad existente e intentar aportar soluciones a los dilemas del ser humano. Esto ayudará a interpretar las situaciones desde diversa perspectivas.

"Un modelo para la toma ética de decisiones es un conjunto sistemático de principios que motivan y guían las acciones éticas. Dichos principios, a su vez, sirven para justificar y explicar las acciones".

Las acciones éticas pueden ser entendidas en dos vertientes: las que alguien lleva a cabo persiguiendo objetivos vitales que son las que inspiran el estudio de la ética. La otra vertiente son las acciones que tienen que ver con los derechos de los demás.

Las acciones éticas que llevan a cabo las enfermeras en la actividad profesional tienen siempre un aspecto ético relacionado con el cuidado. Los elementos del cuidado están formados por los valores acordados en la relación enfermera paciente.

Los modelos en la toma de decisiones éticas invitan a tomar en consideración el mayor número de opciones posibles y evaluar las consecuencias, siempre antes de la elección.

Todos los modelos interrelacionan entre sí en sus diferentes etapas, teniendo como base el método científico. En cada una de las etapas, con independencia del modelo, se lleva acabo con una habilidad concreta, pero es el conjunto de habilidades el que conforma el proceso de toma de decisiones. El método científico conocido consta de cuatro etapas: valoración, planificación, ejecución y evaluación.*

*Torralba Madrid, M. J. o.c.

Basándose en el método científico se ha desarrollado el método DOER® (Delimitación del conflicto; Oferta de opciones; Elección; Resolución). Con su evaluación correspondiente en cada una de las situaciones en que lo apliquemos.

*Torralba Madrid, M. J. o.c.

La Sociedad Española de Enfermería de Urgencias, habiendo debatido sobre el método DOER en su VII Mesa Debate con el Experto en Atención Urgente, celebrada el 15 de Marzo de 2000, y analizadas sus conclusiones por el Comité Científico, propone como Recomendación Científica la aplicación de dicho método en aras de mejorar los cuidados enfermeros y la calidad de los mismos en las áreas asistenciales de urgencias.

MÉTODO DOER

1ª Fase: delimitación del conflicto.

-Valoración integral de la salud del paciente (física, psíquica, sociocultural y espiritual), identificando motivos, circunstancias y hechos que llevan a tomar una actitud determinada. -Considerar el Código Deontológico de la Enfermería, comprobando cuál debe ser la actuación enfermera en la situación empleada. -Confrontar los resultados de la valoración del paciente con la actitud que debe tomar la enfermera según su código de conducta, delimitando de forma objetiva la dimensión real del conflicto.

2ª Fase: oferta de opciones.

-Información de la enfermera al paciente, objetiva, veraz y completa de su actuación según el código y de las opciones que el paciente tiene para resolver su problema.

3ª Fase: escoger la opción.

-El paciente deberá escoger libremente la opción deseada de las alternativas presentadas por la enfermera.

4ª Fase: resolución del conflicto.

-Comunicar al equipo interdisciplinar la opción elegida por el paciente y la postura a adoptar, actuando bajo consentimiento informado a los requerimientos personales, tanto del paciente como del resto del equipo, y registrando todo el proceso como decisión sobre la base del método científico adaptado a las necesidades. -Evaluación.

Antonio J. Valenzuela.
ajvalenzuela@teleline.es
Coordinador DCCU DS. Jaén (SAS). c_dccu.djaen.sspa@juntadeandalucia.es
SEEUE
www.enfermeriadeurgencias.com

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Comentario: Ángel Robles

El caso presentado tiene un componente dramático extraordinario que hace difícil un debate sereno (si esto es posible).

La exposición del caso es coherente y la consulta con el comité de bioética del hospital tal vez se podría haber realizado en otro momento. Pocos comentarios se me ocurren pero en la experiencia de mi hospital el dictamen de la comisión de bioética NO ES VINCULANTE sin excepciones. Me llama la atención el acuerdo previo en que el susodicho dictamen fuera vinculante por estar fuera de la práctica convencional de las comisiones de bioética.

También creo que se podría haber tomado una decisión más o menos unánime por parte del staff de UCI sin necesidad de consultar al comité de bioética del centro, pues en este caso la familia había mostrado con claridad su opinión, o al menos esto se deduce de lo expuesto.

La práctica de LET es compleja y los datos oficiales (grupo del Dr. Cabré) no siempre nos informan del camino a seguir. El concepto anglosajón de FUTILIDAD no es de uso común en las UCIS que yo conozco (Área de Barcelona Ciudad).

Dr. Ángel Robles
Médico Adjunto
UCI-Trauma Hospitals Vall d’Hebron

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Comentario: Lluis Cabré Pericas

El Dr. Cabré no tiene ningún grupo, sí que la SEMICYUC tiene un grupo de trabajo de bioética del que formo parte y que entre otros temas publicamos unas recomendaciones sobre la LET en Medicina Intensiva. Sólo son recomendaciones, y cada profesional tiene que tomar sus decisiones de acuerdo a su buen quehacer, en esto radica lo poco que queda de “arte” en la práctica de la medicina que es una ciencia. El grupo de bioética de la SEMICYUC solo pretende ayudar a los profesionales en la toma de decisiones, difíciles, como el caso que nos ocupa.

La palabra futil viene del latín futilis. De poco aprecio o importancia, de poco valor y consideración. Futilidad del latín futilitas. Poca o ninguna importancia de una cosa, por lo regular de discursos y argumentos. Ligereza, frivolidad, poca firmeza de carácter.

(Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa-Calpe SA. Editores. Tomo 25. Pag 322. Año 1924).

El término no es anglosajón, sino que proviene del latín, aunque haya sido utilizado por los anglosajones. El tema de la futilidad en mi humilde opinión se utiliza en casi todos los Servicios de Medicina Intensiva cuando se decide la limitación del esfuerzo terapéutico.

Gracias

Lluis Cabré Pericas
Hospital de Barcelona

Enlaces:

Limitación del esfuerzo terapéutico en medicina intensiva
L Cabré, JF Solsona.
Med Intensiva 2002 (julio); 26 (6): 304-311.
[Resumen] [Texto completo] [PDF]

Recomendaciones del grupo de bioética de la SEMICYUC sobre el consentimiento informado en UCI
J F Solsona. L Cabré. R Abizanda. J M Campos. A Sainz. M C Martín. J M Sánchez. C Bouza. M Quintana. I Saralegui. J L Monzón.
Med Intensiva 2002 (junio); 26 (5): 253-254.
[Texto completo] [PDF]

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Comentario: Ángel Alfredo Martínez Ques

La decisión fue razonable y ponderada. Así se desprende de la realidad contada que incluye un proceso deliberativo. En efecto, la intervención del Comité de Ética Asistencial en la deliberación “moral” y su posterior resolución así lo sugiere. Se suponen una identificación de los problemas morales y también de los cursos de acción posibles, sobre los cuales se toma una decisión final. El hecho de que la familia también participe en la toma de decisión es un dato a tener en cuenta. Los hechos relatados poseen suficientes elementos emotivos para pronunciarse en este sentido.

Ahora bien, hecha esta primera consideración, añadiría dos reservas al caso debatido:

La primera, para averiguar lo que hubiera hecho la paciente, en las circunstancias relatadas, en caso de estar consciente, parece ser decisiva la opinión de la familia, ausente la posibilidad de “despertar” a la enferma. Coincido con lo anticipado en este debate por José María Campos Romero en el sentido de conocer las motivaciones de la familia ayudaría a clarificar el dilema ético. La situación cambia si la motivación principal es la de transmitir los valores deseados y manifestados por la propia paciente o bien obedece a otras consideraciones como el temor a una pérdida de calidad de vida, concepto este esencialmente subjetivo y personalísimo.

Para la siguiente consideración permítanme utilizar lo dicho por Barbero Gutiérrez, Romeo Casabona y otros, ( MEDICINA CLÍNICA. VOL. 117. NÚM. 15. 2001) para expresar la importancia de la implicación del personal de enfermería en la toma de decisiones éticas. Así ante la decisión de limitación de esfuerzo terapeútico, conviene diferenciar el nivel técnico del ético. Si la decisión técnica suele ser del médico, la ejecución de la misma habitualmente corresponde a enfermería y puede aparecer conflicto. Por eso médicos y enfermeras son interlocutores válidos en condiciones de simetría desde el punto de vista moral. Con sensibilidades distintas en función de su ejercicio y responsabilidad profesionales, pueden tener visiones complementarias y mutuamente enriquecedoras de la situación.

Creo que es un argumento interesante para un futuro próximo, tanto  como interesante y acertado ha sido el planteamiento de este debate.

Saludos cordiales,

Angel Alfredo Martínez Ques
Complejo Hospitalario de Ourense

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Comentario: Manuel Velasco Bueno

Interesante debate el suscitado con este caso que, por otra parte, se plantea a diario en multitud de contextos parecidos.

Bajo mi punto de vista, las dudas surgen ante la falta de uniformidad en la resolución de estos “conflictos”, propiciada por la inexistencia de una normativa específica y apropiada.  No me refiero a que la solución sea siempre la misma, pero sí a que siempre se respete y prevalezca la voluntad del paciente (expresada por él mismo o por representantes autorizados cuando esto no sea posible).  Sin duda, no resulta fácil articular esta posibilidad, pero tampoco lo es y posiblemente resulte menos eficaz, la situación actual.

En este sentido, creo que una iniciativa interesante es la creación de un registro de Voluntades Vitales Anticipadas como el previsto en la Ley sobre Declaración de Voluntad Vital Anticipada emprendida en el parlamento andaluz y que se esboza en el siguiente documento:

  • Consejería de Salud de la Junta de Andalucía: Declaración de voluntad vital anticipada. [HTML]

En cualquier caso, resulta interesante comprobar que en situaciones como la tratada, la duda dio pie a la consulta y ésta a la reflexión que continua aún. Más peligrosas son las certezas absolutas que ahorran tiempo y coartan libertades.

Si un hombre comienza con certezas, terminará dudando; pero si se contenta con empezar dudando, terminará poseyendo certezas. "
Francis Bacon

Saludos cordiales,

José Manuel Velasco Bueno.
UCI  Hospital Costa del Sol.
Marbella, Málaga.
http://www.terra.es/personal3/josevb/

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Comentario Ángel Robles

Entro de nuevo a opinar. Los compañeros han sido unánimes en que la resolución del caso es correcta desde el punto de vista ético y científico.

Mis felicitaciones a los que han propuesto el tema y a los que han opinado de forma valiente y sincera sobre tan espinosa cuestión.

El lenguaje no solo muestra y explica sino que, en ocasiones, difumina el fondo del problema; por eso son útiles las precisiones, pero también lo es llamar a las cosas por su nombre exacto. La palabra fútil, al fin y al cabo, no es más que un eufemismo para no decir inútil, palabra mucho más clarificadora. (Diccionario de Uso del Español de María Moliner Página 163 Editorial Gredos 1994).

Desde el respeto y la amistad discrepo con  la opinión del Dr. Cabré sobre la normalidad de las decisiones de LET en la UCI tal como se nos expone en el caso que nos ocupa. No me consta que en el medio en que se desenvuelve mi actividad como médico asistencial, se utilice de forma habitual la consulta al CEA. Desconozco la experiencia del resto de compañeros.

Un abrazo a todos.

Ángel Robles
Médico Adjunto
UCI-Trauma Hospitals Vall d’Hebron

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última modificación: 01/07/2007