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  Artículo especial nº 35
 

 

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Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Artículo nº A35. Vol 6 nº 1, enero 2006.

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Encuesta sobre la situación actual de los intensivistas en la Comunidad de Castilla-La Mancha

 
 
Resultados de la encuesta

Comentarios: [Lluis Cabré] [Ricardo Abizanda] [Pedro Galdos] [Arturo Arias] [Rafael Barrientos] [Ramón Fernández] [Vicente Gómez] [Sergio Urbaneja] [Carlos Rebolledo] [Alfonso Canabal] [Héctor Díaz] [Francisco José Santos] [Abelardo García de Lorenzo]

Réplica: José M. Añón, David Cabestrero, Manuel Quintana, Virgilio Córcoles, Rafael Blancas, Luis Marina, Carlos Armendáriz. Junta Directiva de la Sociedad de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias de Castilla La Mancha (SOMIUCAM).

Carta abierta: [Presidente de la SEMICYUC]

 


Comentario de Lluis Cabré

Como ex-presidente de la SEMICYUC tengo que felicitar y agradecer la encuesta realizada y que muchas preguntas son dignas de reflexión. Es por ello que quiero felicitar a los responsables de la elaboración y realización de dicha encuesta.

Los resultados son la expresión de unos 100 intensivistas españoles, no sé si todos socios de la SEMICYUC, pero que ante más de 2.000 socios representan aproximadamente un 5%, que es de gran valor según como se mire, y dejo a los estadísticos y a los expertos en epidemiología que hagan su valoración, ya que no me siento capacitado para ello.

Tal vez habría que preguntar cuántos de estos médicos intensivistas son socios de la SEMICYUC, y aquéllos que no sean socios no creo que tengan la osadía de responder la última pregunta de la encuesta. Pero lo que no puedo aceptar como ex-presidente de la SEMICYUC es precisamente la última pregunta, ya que es preguntar cosas que no tienen fundamento.

"¿Consideras que las sociedades científicas (SEMICYUC, SOMIUCAM) están implicadas en la mejora de las condiciones de los intensivistas?".

Esta pregunta no tiene sentido, ya que la SEMICYUC es una sociedad científica en cuyos fines está intentar aumenar al máximo la calidad científica de la Medicina Intensiva española, pero no es su fin mejorar las condiciones laborales de los intensivistas. En un régimen democrático como el nuestro, el del Estado Español, hay otras instituciones que velan por ésto, y me refiero a los sindicatos entre otras.

Como ex-presidente de la SEMICYUC, en varias ocasiones he hablado y me he entrevistado con responsables del Ministerio de Sanidad y con los diferentes Cnsejeros de Sanidad de las CCAA (prácticamente todas las del Estado), pero no podía hablar de condiciones, ya que ésto no es misión de una sociedad científica. Es por esto que creo que esta pregunta está mal planteada, y puede desprestigiar a la SEMICYUC, que es una de las sociedades científicas mejor estructuradas en el ámbito científico español.

Nadie me podrá negar mi abnegación y dedicación a mi sociedad científica, que es la SEMICYUC, y por tanto no puedo aceptar que se haga un mal uso de la misma. Si los autores de la encuesta creen que la SEMICYUC se ha de convertir en un sindicato o similar, que lo propongan en la asamblea general, que se realiza coinicidiendo con el Congreso anual; yo desde luego voy a votar en contra. Pero la asamblea es soberana, y puede decidir lo que crea más conveniente para sus asociados con el cambio correspondiente de sus estatutos.

Fdo.: Dr. Lluis Cabré
Ex-Presidente de la SEMICYUC
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Ricardo Abizanda

Hola a todos.

Como no podía ser menos, mi acuerdo con Luis Cabré es, como siempre, casi absoluto.

Comprendo, además, que éste es un problema que se planteó durante su presidencia en una sesión, no demasiado cordial, reiterativa y, a mi juicio, fuera de lugar en una Asamblea, y que eso haya generado anticuerpos urticariantes.

Ante todo, me parece de la mayor importancia recordar qué es una Sociedad Científica Profesional y qué no es. Y ciertamente no es un sindicato, y mucho menos una asociacion gremialista donde la defensa de los intereses de unos pueden entrar en colisión con los intereses de los más.

Yo también he sido Presidente, y que se recurra a la Sociedad para solventar cuestiones laborales, cuando no se dispone de esa representatividad, es jugar sucio.

Más. La última pregunta es chunga y, desde luego, mal planteada. Pero me preocupa más el amplio porcentaje de respuestas que proponen cambios a especialidades sin guardias (Dermatología...¿!!!!!?), cambios a Anestesiología ....(¿!!!!!?), y cosas así, y más cuando otra amplia proporción dice que escogió Medicina Intensiva (¡ porque le gustaba!...) de forma activa. Pero también es cierto que otros la escogieron porque "no tenían nota más alta para optar a otra cosa"...

Pues lo siento, desde la perspectiva de los que nos dedicamos a esto hace muchos años (yo más de 33), que hemos estado a las verdes y las maduras, que hemos pasado por mal educados, violentos, y cosas peores por defender aquello en lo que creíamos, no tengo más remedio que pensar en dos alternativas. O esto no se ha hecho en serio y es un mal chiste; o que entre esas personas y yo hay pocas cosas en común; y lo siento pero creo que mi lado no es el malo.

Como mi pretérita representitatividad está ya perdida en el olvido de muchos (como debe ser) y no me une a la JD más que el respeto (que muchos deberían tener, al menos a su trabajo) y el aprecio personal a muchos (bastantes) de sus miembros que son mis iguales, no tengo necesidad de templar gaitas.

Ricardo Abizanda
Ex- ex- ex Presidente de la SEMICYUC
Intensivista por convicción.
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Pedro Galdos

Sr. Director:

En relación a la encuesta sobre la situación actual de los intensivistas en la Comunidad de Castilla-La Mancha, recientemente publicada en su revista, le ruego incluya este comentario si lo estima oportuno.

La última pregunta de la encuesta y su resultado, hacen referencia a la  implicación de la SEMICYUC y SOMIUCAM en la mejora de la condición de los intensivistas. Entiendo que esta pregunta es improcedente, y por tanto le ruego solicite a los autores, que la retiren de la publicación. Las razones son al menos dos.

En primer lugar, la SEMICYUC es una Corporación-Científico Médica. Y sus fines derivan de ello. Por tanto no es una Asociación profesional, no es un Sindicato. En nuestro caso, la mejora de la situación profesional puede darse como consecuencia de una mejora de la calidad asistencial. Por ejemplo, en otros ámbitos de la asistencia médica, que las Sociedades consigan aumentar el tiempo de consulta más allá de los 10 minutos establecidos para atender mejor al enfermo, puede acompañarse por una descarga del trabajo del médico. Pero nada más, porque no somos interlocutores válidos.

La FACME, Federación de Asociaciones Científicas, donde se encuentran la casi totalidad de Sociedades Científicas, incorporó la defensa de los intereses profesionales a sus Estatutos. Pero tampoco tiene capacidad alguna, porque sus interlocutores no la consideran como un Sindicato, que en puridad no lo es. La línea actual de FACME está de nuevo dirigida y limitada al ámbito científico, a la mejora de la calidad asistencial, a la formación continuada, y de forma indirecta, a la mejora de los intereses profesionales. Es probable que necesitemos un sindicato, pero no tiene que ver ni con SEMICYUC, ni con el resto de las Sociedades.

En segundo lugar, creo que sobre el funcionamiento de la SEMICYUC, solo puede darse crédito a quienes son socios, porque solo ellos tienen derecho, conocimiento de los objetivos y actividades, y voto. Por tanto, sería preciso conocer cuantos de los que han contestado esta pregunta son socios de la SEMICYUC. Es muy probable que una buena parte no lo sean.

En todo caso, en lugar de dar una opinión genérica e inútil a una pregunta mal planteada, sería más rentable que los especialistas en Medicina Intensiva se hicieran socios de SEMICYUC, de las Sociedades Autonómicas y de la Sociedad Europea (ESICM). Las Sociedades Autonómicas podrían ser consultadas por aspectos ya transferidos, entre los cuales se encuentran los laborales, a través de la Carrera Profesional. SEMICYUC y ESICM, participarán en las modificaciones de la especialidad, en las competencias necesarias para ejercer la Medicina Intensiva, y quién y cómo pueden alcanzarlas; junto con la Comisión Nacional de la Especialidad. Ahí habrá que batallar, y una Sociedad numerosa es más fuerte y apoya mejor a su especialidad. Y si en la ESICM, donde participan también los anestesistas, hubiera intensivistas españoles en número suficiente, podría conseguirse un Presidente español intensivista para la Sociedad Europea. Nuestra especialidad primaria entonces, se introduciría con más facilidad.

Pedro Galdos Anuncibay
Secretario saliente de SEMICYUC
Miembro de la Junta Directiva de FACME.
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Arturo Arias

Apreciados amigos y colegas.

Estos resultados son para mí sorprendentes y algo preocupantes. Si bien es cierto que la profundidad académica alcanzada en la actual medicina intensiva es bien interesante, también es cierto que ese clima laboral, deberá repercutir negativamente en algún grado en la actividad diaria del intensivismo en ese país. De todas formas pensaba que los colegas de Castilla están muy bien en su profesión: un país europeo, etc... De todas  formas he enviado una copia a nuestro presidente de la AMCI en Colombia, a lo cual me ha contestado que ya la había leído (REMI es  muy acreditada y consultada en Colombia), y que la ha enviado al comité de educación e investigación para adaptarla y replicarla en nuestro medio. De todas formas NO creo que difiera en sus resultados, ya que acá en Colombia, la situacion médica especialista es muy dificil y complicada, por la interpretación de los médicos generales auditores de la Ley 100.

Con sentimientos de aprecio.

Arturo Arias Antún
Anestesiólogo-Intensivista
Clínica Santa Catalina
Tunja, Boyaca.Colombia
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Rafael Barrientos

Sobre la encuesta de la SOMIUCAM.

Conozco bien lo que es una sociedad científica y un sindicato. Soy refundador de la SOMIUCAM y he sido sindicalista activo durante muchos años. Pero entiendo cierto grado de insatifacción que existe en los intensivistas.

Me sorprende más la reacción de Ricardo, Luis y Pedro que los resultados de la encuesta. Es una reacción que me produce perplejidad: ¿Es que no conocéis la realidad? ¿Es que no recordáis las asambleas de la SEMICYUC, hace 20 años, en que nos preguntábamos qué somos y a dónde vamos? ¿No decía un compañero de Sevilla que somos como la orquesta del Titanic?. ¿Acaso en muchos hospitales no estamos perdiendo los enfermos cardiológicos? ¿Y en otros los quirúrgicos? ¿Acaso no nos estamos quedando con lo que a otros les es penoso?. Dice un compañero nuestro que nosotros recuperamos los enfermos a las cuatro de la madrugada.

Sinceramente, no sé qué podrían hacer las sociedades científicas, pero lo primero es conocer y asumir la realidad. Todos debemos opinar con "carnet" o sin él, Pedro.

Ayer decía el Diario Médico que según la sociedad de Neurología, si a los ictus le atendieran en las primeras 24 horas los neurólogos, se salvarían 300 vidas al año. Juan, Pedro, no he visto una nota en el diario aclarando lo que actualmente se hace en las UCI.

Los cardiólogos llevan años diciendo que en las primeras 48-72 horas a los coronarios no les atienden "especialistas" (?). Se lo acaban creyendo hasta los gerentes.

Yo dejé una especialidad médica para ser intensivista y no me arrepiento. Pero mi hija que está preparando el MIR dice que no elegirá ni intensivista como su padre, ni internista como su madre. Es sintomático.

Saludos, a los motivados y a los menos motivados.

Rafael Barrientos Vega
Hospital Virgen de la Salud, Toledo
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Ramón Fernández Cid-Bouza

Estimados compañeros:

Sin intención de avivar más la polémica y con verdadero espíritu constructivo, me gustaría hacer algunos comentarios a la encuesta realizada por los compañeros de Castilla-La Mancha. Soy intensivista (y socio de la SEMICYUC), relativamente joven (39 años) con sólo 6 años de experiencia desde que acabé la residencia y, probablemente por que soy de una generación de intensivistas similar a la de los compañeros de Castilla-La Mancha (un abrazo muy fuerte a David), me identifico bastante bien con las respuestas que se han dado.

Escogí Medicina Intensiva por vocación y lo volvería a hacer si sólo me dieran esta opción (aunque también me gustaría hacer Cardiología Intervencionista/Hemodinámica pero siempre bajo la perspectiva y la experiencia de Intensivos). Veo a la especialidad fusionada con quién sabe qué aunque mi carácter optimista se inclina a un futuro en auge. Trabajo en un hospital público, hago entre 8 y 9 guardias al mes (durante las vacaciones puedo alcanzar la docena), supero con creces la jornada de 48 horas semanales (en un cómputo semestral regalo >180 horas al hospital), trabajo en unas condiciones de importante presión asistencial, y el trato y la consideración por parte de los responsables de mi hospital deja bastante que desear (lo cual me supone un sinfín de disputas, trifulcas, y qué os voy a contar). Intento, a duras penas, que esta situación no afecte a mi carácter ni a mi vida familiar (ya os contaré dentro de 10 años como acabo). Cometo errores, como todo el mundo, algunos probablemente por falta de experiencia y por agotamiento (por falta de interés seguro que ninguno).

Supongo que mi situación no difiere gran cosa de la de muchos compañeros. No soy -no somos- héroes, ni espero ninguna medalla por ello. Lo cual no implica que no haga todo lo posible por mejorar mis condiciones laborales. Con respecto a la última y problemática pregunta (yo también creo que está hecha con un poco de...¿malicia?), entiendo -y respeto- los comentarios realizados (por cierto, tres de ellos ex-miembros de la directiva de la SEMICYUC, quizá por ello un tanto sesgados). Está claro que nuestra Sociedad no es un Sindicato, pero es el único vínculo de unión entre los intensivistas que trabajamos en este país (quizá, como propone Lluís Cabré, habría que plantear en una asamblea general un cambio al respecto). Por otra parte, gran parte de los problemas que sufrimos a diario se deben a la falta de especialistas y al elevado número de guardias que tenemos que soportar (todavía más desde que los mayores de 55años han dejado de hacerlas -bien merecido que lo tienen, ojalá yo también pueda hacerlo cuando llegue). El hiato que existe entre el número de residentes que se forman cada año y la demanda laboral sí que es, en parte, responsabilidad de la sociedad. La regulación de la homologación de los títulos de los compañeros extranjeros (en un sistema hipócrita que les permite trabajar sin titulación homologada y luego los embarca en un entramado burocrático interminable), también. No creo que los autores de la encuesta hallan querido desprestigiar a nuestra Sociedad. Más bien se trata de un grito de ayuda -o algo así- que la directiva de la Sociedad (y los compañeros más veteranos que observan el problema desde la tranquilidad -relativa, supongo y, como dije antes, merecida- que supone trabajar y no hacer guardias) deberían -aunque no sea su cometido- contemplar.

Atentamente,

Ramón Fernández-Cid Bouza
Jefe de Sección, Servicio de Medicina Intensiva
Hospital Verge del Toro
Maó, Menorca. Illes Balears

Un intensivista cualquiera...
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Vicente Gómez Tello

Estimados amigos:

Respecto a la polémica suscitada por la publicación de la encuesta sobre satisfacción profesional de intensivistas en Castilla La Mancha, creo mi obligación, porque conozco bien a sus autores y a sus críticos en REMI, moderar un poco los ánimos y centrar el debate.

Todos sabemos la necesidad de contar con instrumentos de medida de prevalencia de actitudes sociales y profesionales en nuestro colectivo. Ya la falta de un censo, que la Junta actual de la SEMICYUC está intentando realizar, dificulta saber el número actual de intensivistas y sus características profesionales y demográficas. Por tanto, cualquier encuesta que trate de profundizar en el conocimiento de estos temas, aunque sea de manera restringida, debe ser bienvenida.

Es conocido también que las encuestas son instrumentos falibles y sometidas a sesgos. La formulación de la última pregunta de la encuesta  induce una respuesta única, como no podía ser de otra manera, al atribuir a la SEMICYUC una facultad, la laboral/sindical, que no tiene como ha sido acertadamente se ha señalado. Este error debe ser explicado, porque en él subyacen algunos aspectos dignos de comentario.

Es comprensible la "santa indignación" de personas significadas en la SEMICYUC, como Lluis Cabré, Ricardo Abizanda y Pedro Galdos, que han contribuido, y es demostrable, a que nuestra Sociedad crezca y empiece a ser respetada y conocida. Es razonable y lógico que estos compañeros, que han comprometido muchas horas de trabajo en este proyecto, se sientan dolidos por una respuesta tan "desairada". Además, y tienen razón en señalarlo, los cambios hay que realizarlos desde dentro. La crítica desde la barrera sin implicación institucional es muy española; desconfiamos de la agrupación y la participación en organizaciones ciudadanas y científicas, rechazando participar en ellas con frases como "todo eso es política" o "si no vamos a solucionar nada". Desgraciadamente muchos años de ausencia de cultura y educación en democracia no pasan sin dejar secuelas en el inconsciente colectivo, independientemente la clase social o profesional a que se pertenezca.

En nuestro caso, tenemos una Sociedad a mejorar y potenciar entre todos. Yo asisto a las asambleas (de 50 personas sobre 2000 socios potenciales) y creo que las inquietudes hay que vehiculizarlas ahí. Porque la SEMICYUC es un instrumento válido, con creciente pujanza,  y que puede hacer mucho por la mejora científica y profesional de los intensivistas y guiarles en su problemática diaria. Desgraciadamente, y en este sentido siempre he pensado igual y voy a ser duro, las condiciones propias de tu medio hay que trabajarlas en tu equipo. Aquí entonemos el mea culpa todos. La SEMICYUC no puede solucionar lo que años de conformismo, mala gestión de equipos, desánimo consentido, desorientación o falta de iniciativa individuales y grupales, han entregado a otros colectivos más ambiciosos. La aplicación gratuita de la teoría del chivo expiatorio a la Sociedad culpándola de catástrofes locales indica hipocresía y falta de autocrítica.

Sin embargo, no debemos matar al mensajero y cerrar los ojos a la realidad. La respuesta a la polémica pregunta, aun contando con su deficiente formulación, está señalando dos causas. La desconfianza institucional, que ya he comentado, y la falta de comunicación entre la Sociedad y la base. Es una realidad que la inmensa mayoría de los intensivistas, entre los que se encuentran los autores de esa encuesta, han esperado más de la Sociedad de lo que ésta les ofertaba. En una época difícil, con paro profesional y contratos precarios, era lógico que todos nos volviéramos a lo que considerábamos nuestro instrumento de representación natural. Desgraciadamente, no siempre han existido los medios para explicar y difundir el verdadero objeto de la SEMICYUC, sus limitaciones en medios no han permitido que todos conozcamos que podíamos esperar y, sobre todo, como podíamos contribuir a conseguir objetivos. También aquí los miembros de las sucesivas Juntas Directivas supongo que habrán hecho una crítica razonable de sus propias trayectorias.

La encuesta traduce una situación preocupante que, con las salvedades obvias del reducido tamaño muestral, y de los sesgos en la formulación de preguntas a corregir en próximos estudios similares, deberemos tratar de enmendar. Los intensivistas de vocación que seguimos creyendo en nuestro trabajo entendemos bien a los que creen que han errado o perdido su camino; no se les puede criticar por el error, sino suscitar y reconducir expectativas. Tendremos que, antes que abandonarlo, hacer entre todos el barco de nuestra especialidad más confortable para todos y que tome un rumbo sólido. Si nos hundimos, nos hundimos todos.

Vicente Gómez Tello
Unidad de Cuidados Intensivos
Clínica Moncloa, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Sergio Urbaneja

Hola a todos: les escribo desde una pequeña ciudad de la Argentina en comentario a la encuesta de los intensivistas de Castilla-La Mancha.

Me ha llamado la atención algunas de las respuestas, ya que nos esperaba que muchos de nuestros colegas se dieran cuenta que no les gustaba más la medicina crítica y la cambiarían por ¿dermatología? bastante extraño ¿no?.

Más aún me llamo la atención lo poco que se considera a la sociedad científica por el poco aporte que realiza; pues bien, trabajo en terapia intensiva en una localidad de 35.000 habitantes y desde hace 3 años aproximadamente utilizo los servicios de REMI y gracias a esta página puedo conseguir información de primer nivel y de todo el mundo actualizada sin necesidad de moverme hasta las grandes ciudades. Más aún permite que los intensivistas que no tenemos suscripción a determinadas revistas tengamos el mejor material sin costo alguno cuando lo económico es una barrera para conseguirlo.

Ojala que REMI siga por mucho tiempo y para aquellos que estamos lejos nos siga aportando información de gran valor.

Gracias.

Dr. Sergio D. Urbaneja
Médico Esp. en Terapia Intensiva.
Trenque Lauquen - Pcia. Bs. As. - Argentina.
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Carlos Rebolledo

Estimados colegas:

Luego de haber leído la publicación de los resultados de la encuesta realizada, observo que algunas situaciones similares en algunos aspectos suceden en mi país Colombia, afortunadamente cuando uno elige ser Internista Intensivista, es, en mi parecer muy humilde, porque definitivamente, lo llevamos, como decimos nosotros en los genes, y realmente tiene que gustarle a uno esta especialidad y vibrar con ella obviamente para permanecer luchando a diario con  situaciones críticas en las cuales nuestros pacientes se debaten entre la vida y la muerte, me causa consternación cuando hay un porcentaje mayor al  50% que desean cambiar de actividad o que estan indecisos.

Las sociedades científicas como su nombre bien lo indica deben velar  por el enriquecimiento y el bagaje cultural al tenor de los adelantos técnicos científicos para cada uno de sus afiliados, directamente no estarían comprometidas desde el punto de vista solución de situaciones gremiales, sin embargo sería interesante plantear la posibilidad que actuaran como entes reguladores al unísono con la constitución y/o reglamentación en cada país en un intento valedero de obtener un mejor clima laboral para dicha especialidad.

Respetuosamente, con mucho aprecio a mis compañeros de lucha.

Dr. Carlos Rebolledo M.
Internista Intensivista
Coordinador UCI
Clínica General del Norte
Barranquilla, Colombia.
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Alfonso Canabal

A propósito de la encuesta sobre la situación de los intensivistas de Castilla la Mancha.

Sinceramente no creo que esta publicación merezca ninguna polémica más allá de la ya generada.

Es una encuesta que realizan los miembros de la Junta Directiva de la SOMIUCAM, recogiendo una pregunta, efectivamente mal planteada. Entiendo que al incluirse la propia Sociedad Castellano Manchega en la cuestión, la finalidad bien podría ser la de perseguir una cierta autoevaluación y convocar así una mayor participación de los miembros de la Sociedad, brindándoles la oportunidad de expresar un malestar que se sabe que existe.

A mi entender de poco sirve lamentarse de lo “mal que nos sentimos” y sobre todo intentar culpar a los Directivos de una Sociedad Nacional o Autonómica de ello. Identificar una Sociedad en abstracto con una Junta es erróneo, todos somos parte de ella y tenemos algo que decir y algo que ver con su situación en un momento dado.

Resulta cómodo culpabilizar a las personas que con su esfuerzo personal y un alto grado de implicación y de responsabilidad, hacen posible la organización de innumerables actividades como la Organización del Congreso Nacional, el desarrollo de los Indicadores de Calidad, etc.

Desde el punto de vista estratégico también recuerdo en el pasado algunos movimientos para el cambio de las “condiciones de los intensivistas”, pero estos fueron acogidos de forma muy dispar entre socios y levantado muchas pasiones en las Asambleas, llegando a crear incertidumbre y crispación.

Algunas de las razones que han hecho evolucionar nuestro status en los Centros Sanitarios han surgido como consecuencia de un cambio muy importante en el sistema sanitario actual y la forma de medir sus objetivos. Para nada está en relación con la mayor o menor beligerancia de los miembros de una Junta Directiva o de nuestro mejor o peor hacer como profesionales dentro de los Hospitales. Debemos enorgullecernos de nuestra labor en los centros con la atención a los que están más graves.

Creo que no se debe cuestionar la labor de la SEMICYUC o SOMIUCAM como si fuese un ente aparte de nosotros mismos. Conozco su labor al haber pertenecido a sus Juntas Directivas y a las personas que se han sentido molestas con la encuesta que considero se merecen nuestro respeto por todas sus aportaciones y esfuerzo. Aquel que no esté de acuerdo con su labor no tiene más que presentarse de candidato a sus órganos de Gobierno, asistir a sus foros de trabajo y debate e intentar cambiar la cosas con su esfuerzo y opinión.

Por último también creo que no debemos demonizar y criticar a un grupo de médicos Castellano-Manchegos que han tenido la iniciativa de conectar con sus representados para sondear sus inquietudes.

No demos más importancia a este asunto y luchemos por mejorar aquello que podamos.

Alfonso Canabal Berlanga.
Especialista en Medicina Intensiva.
ExSecretario de la SEMICYUC y SOMIUCAM
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Héctor Díaz

Saludos colegas:

A mí también me ha extrañado las respuestas recibidas a la encuesta. Me dedico al intensivismo desde hace 25 años y coincido plenamente con el colega Abizanda Campos, al cual respeto y admiro por su destacada labor. Nuestra especialidad se caracteriza por la dedicación y el intenso estudio para poder interactuar en todo momento con pacientes críticamente enfermos que dependen de nuestra capacidad para poder seguir viviendo y en mi caso no podría cambiar de especialidad. Soy intensivista cubano, laboro en una ciudad de la provincia de Villa Clara y REMI me ha ayudado mucho para obtener información actualizada e intercambios en nuestra especialidad. Ojalá pemaneciera activa durante mucho tiempo.

Prof. Héctor Díaz
Unidad de Cuidados Intensivos
Hospital Universitario de Sagua la Grande
Villa Clara. Cuba.
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Francisco José Santos

Estimados compañeros:

Cuesta emitir una opinión discordante a la de gente de tanto renombre en nuestra especialidad, pero en este caso es una opinión de un miembro de base (desde 1988, tanto en la nacional como en las distintas regionales) y no de dirigentes actuales o pasados. Y también llevo muchos años de ejercicio a la espalda, y quizá los últimos mucho más cerca de la realidad diaria, con guardias y noches en vela, que quienes llegaron hace tiempo y ahora desempeñan labores de jefatura o dirección. Dejar claro desde el principio que mi ánimo no es atacar la nadie, solo intentar plantear otro punto de vista.

¿Qué es lo que tanto molesta en la última pregunta? Llevo tiempo hablando del tema con muchos intensivistas de a pie, y coincidimos en la insatisfacción sobre la defensa de la especialidad por parte de la SEMICYUC. ¿Que no es esperable eso de una sociedad científica? Pues es posible que no, según las opiniones que hemos leído previamente. Evidentemente no se trata de un sindicato y sí una sociedad científica, pero me pregunto si en su "responsabilidad" está el que los pacientes críticos sean atendidos por el mejor personal, el más adecuado. En mi opinión son los intensivistas formados vía MIR. Sin embargo todos hemos sido testigos de cómo en los hospitales se contrata gente de otras especialidades (sobre todo Anestesiología) para cubrir esos puestos, con la esperanza del gerente de turno de recurrir a ellos para otras labores. Y nadie dice nada. O se acusa de intrusismo en la prensa a intensivistas por sedar pacientes (este verano en Orihuela) y nadie dice nada. Y se habla de fusión de la especialidad con otras al tiempo que se siguen convocando plazas de formación.

No critico la labor científica de los dirigentes de nuestra sociedad, los actuales y los pasados, pero desde luego no siento como miembro que se defienda la especialidad como tal. ¿Que no es su objetivo? pues yo creo que sí, puede que me equivoque, pero sí. Quiero que mi Sociedad defienda la validez de mi especialidad ante un gerente o ante quien sea, en España o en Europa. Dedicar medios a promocionarla  públicamente hasta que sea una exigencia de los pacientes que el médico que atienda a los pacientes críticos sea un especialista en Medicina Intensiva.

Sea como sea mi impresión es que esta encuesta, y sobre todo las contestaciones anteriores a la mía,  revela el distanciamiento entre dirección de sociedad y miembros normales, similar al que hay entre los jefes de servicio y los contratados para  guardias. Llama la atención comó se ha focalizado sobre si las sociedades científicas apoyan o no al especialista y se hace caso omiso del resto de preguntas que ponen en evidencia el tremendo descontento de los profesionales con las condiciones en que ejercen.

No entro a juzgar la calidad técnica de la encuesta, ni la oportunidad de las preguntas, no soy tan soberbio. Creo que la gente ha expresado su opinión, que han sido bastante sinceros y que el resultado sería bastante parecido en otras comunidades autónomas.

Y creo firmemente que la dirección actual de la SEMICYUC debe reflexionar sobre este tema. Se debe debatir si hay que revisar las actitudes pasadas y renovar objetivos o lo dejamos todo igual. Quizá la gente tan experta en encuestas que parece haber puedan elaborar una sobre qué piensan los miembros de  nuestra Sociedad, que sirva para tomar el pulso a las opiniones de los especialistas, tanto sobre la propia especialidad, (incluidas las circunstancias en que se trabaja y la tan de moda conciliación de la vida familiar y laboral) como sobre qué esperamos de ella, o que nos gustaría (es difícil poder expresar esto p. ej. en la asamblea). Solo comentar un detalle para  que piensen: cuando quieren ver una página web de la especialidad ¿vienen a REMI o van a la de la SEMICYUC?.

Un saludo a todos

Francisco José Santos Calle
Servicio de Medicina Intensiva
Hospital General de Elche
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Comentario de Abelardo García de Lorenzo

Sr. Director:

En relación a la encuesta SOMIUCAM y la controversia generada me gustaría expresar, si es posible, mi opinión:

  • De entre todas las cartas enviadas mi corazón está con la del Dr. Gómez Tello. Es ponderada, entiende el tema y está lejos de influencias y partidismos. Enhorabuena.

  • Por otra parte no es elegante matar al mensajero. La encuesta está ahí, guste o no guste, pregunte o no pregunte cosas mejor o peor planteadas, políticamente correctas o no, o quizás mas bien debatidas muchas veces y desgraciadamente no resueltas. La valentía de nuestro compañero el Dr. Añón es destacable así como la de las personas que -conociendo muy bien su medio de trabajo-  sean o no sean de las sociedades científicas pertinentes, han expresado su opinión y esta debe de ser respetada, atendida y tomada en consideración, máxime cuando refleja un grave, muy grave, problema de insatisfacción y desamparo.

  • Es por ello que estos resultados nos deben valer como un toque de atención. La encuesta no debe molestar a nadie pues no acusa, solo refiere o establece una situación. Que esta es incómoda, pues nuestra labor es hacerla lo mas cómoda posible; que hay un problema, pues a realizar la actuación pertinente. No es malo preguntar, lo malo es no escuchar.

Prof. Abelardo García de Lorenzo y Mateos
Director de la Cátedra UAM-Abbott de Medicina Crítica
Servicio de Medicina Intensiva Hospital Universitario La Paz.
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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Réplica: José M. Añón, David Cabestrero, Manuel Quintana, Virgilio Córcoles, Rafael Blancas, Luis Marina, Carlos Armendáriz. Junta Directiva de la Sociedad de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias de Castilla La Mancha (SOMIUCAM).

Tras los comentarios relacionados con la encuesta recientemente publicada en REMI  sobre la situación actual de los intensivistas de Castilla La Mancha, es obligación de los autores aclarar los siguientes puntos:

1º.- No ha habido la menor intención de desprestigiar a ninguna persona, ni a ninguna Junta Directiva, ni a una sociedad como la SEMICYUC, de la que formamos parte todos los autores.

2º.- Es prioridad de la Junta Directiva de la SOMIUCAM potenciar y defender la Medicina Intensiva en el ámbito que le corresponde. Se consideró que el mejor punto de partida para ello era consultar el nivel de satisfacción de los intensivistas. Quizá pueda haber sido un error no saber cuantos de los que han respondido no pertenecen a la SEMICYUC, pero para nosotros ha sido prioritario (y lo será en futuras consultas) el hecho de ser intensivista.

3º.- Con respecto a la última pregunta debemos recordar que la formulación exacta fue la siguiente:

“¿Consideras que las sociedades científicas (SEMICYUC, SOMIUCAM) están implicadas en la mejora de las condiciones de los intensivistas?”

Como puede apreciarse en la pregunta no aparece la palabra “laboral”. En el concepto “condiciones” entran otros muchos aspectos (ya comentados en el foro y que han sido bien entendidos por la mayoría de los encuestados a juzgar por las respuestas plasmadas en la última pregunta abierta del cuestionario -resultados no publicados-) que en opinión de la Junta Directiva de la SOMIUCAM deberían formar parte de las preocupaciones de nuestras sociedades científicas.

4º.- Enlazando con el punto anterior queremos recordar los objetivos de la SEMICYUC que quedan expresados en el Código Ético que nos ha sido remitido recientemente:

  • punto 7: "representar a sus miembros ante las personas y entidades públicas o privadas, así como asesorarles sobre aspectos sociales, profesionales, deontológicos, y todos aquellos que se deriven de la práctica de la medicina intensiva" y

  • punto 8: "defender los intereses profesionales de sus miembros".

5º.- Agradecemos las aclaraciones en cuanto a las diferencias existentes entre Sociedad Científica y Sindicato, pero es nuestra obligación recordar que esta encuesta se ha llevado a cabo desde la Junta Directiva de una Sociedad Científica y por lo tanto los autores son conocedores de la información facilitada.

6º.- Los autores somos conscientes de que pueden haber existido errores de diseño en la elaboración del cuestionario, pero consideramos que la influencia de éstos sobre los resultados puede ser mínima.

7º.- Nos ha resultado sorprendente observar que ha habido algún comentario en el que se ha expresado una verdadera preocupación respecto a la pregunta objeto de debate pero sin embargo no se ha mostrado ninguna inquietud por otras respuestas en nuestra opinión mucho más preocupantes que muestran un grave problema de insatisfacción con el desarrollo de la especialidad.

8º.- Consideramos que la encuesta no debe ser ni total ni parcialmente retirada de REMI. Desgraciadamente estos resultados no son fruto de ningún mal chiste y es una encuesta que muestra las opiniones de más del 70% de los intensivistas de una Comunidad Autónoma de nuestra geografía.

9º.- Sentimos profundamente que haya colegas a quien les de cierto temor la consulta. A nuestro juicio esto solo puede responder a la negativa a enfrentarse a lo que no se quiere oir.

Muchas gracias a todos por todos los comentarios y muy especialmente a aquellos que han sabido entender el fundamento y la buena fe del trabajo.

José M. Añón, David Cabestrero, Manuel Quintana, Virgilio Córcoles, Rafael Blancas, Luis Marina, Carlos Armendáriz. Junta Directiva de la Sociedad de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias de Castilla La Mancha (SOMIUCAM).
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2006.

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última modificación: 01/07/2007