Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Editorial nº 35. Vol 3 nº 7, julio 2003.
Autor: Nieves de Lucas García
http://remi.uninet.edu/2003/07/REMIED35.htm

Desfibrilación externa automática en niños

En el número de junio de la revista Resuscitation, el International Liaison Committee on Resuscitation (ILCOR) ha publicado sus nuevas recomendaciones sobre desfibrilación automática externa (DEA) en niños. La desfibrilación es una medida terapéutica de alta eficacia en la fibrilación ventricular (FV) y la taquicardia ventricular (TV) sin pulso, pero se considera que sus resultados decaen en un 7-10% cada minuto que pasa desde la parada cardiorrespiratoria (PCR). La DEA puede ser aplicada con éxito por personal no experto, lo que permite acortar el tiempo hasta la desfibrilación, y por tanto aumentar la posibilidad de recuperación de la PCR. En las recomendaciones del ILCOR del año 2000, la desfibrilación automática externa en adultos era una medida clase IIa cuando la emplean primeros respondientes más cualificados (mientras que aplicada por el resto de primeros respondientes era clase indeterminada), IIb en niños mayores de 8 años, y de clase indeterminada en niños menores de 8 años.

En las actuales recomendaciones:

  1. Se considera clase IIb (posiblemente eficaz) a la DEA en niños de 1 a 8 años sin signos de circulación. Sería deseable que el dispositivo pudiera administrar una dosis pediátrica de energía. El algoritmo de detección de arritmias del dispositivo de DEA debería demostrar alta especificidad para los ritmos pediátricos desfibrilables (no deberían desfibrilar ritmos rápidos distintos a la taquicardia ventricular, etc).

  2. Se considera que actualmente no hay suficiente evidencia para el uso de la DEA en niños menores de 1 año.

  3. Para un solo reanimador, ante un niño sin signos de circulación se sigue recomendando un minuto de reanimación cardiopulmonar antes de poner en marcha otras medidas.

  4. Se considera medida de clase I (eficacia probada) a la desfibrilación en caso de fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso.

Persisten grandes incógnitas acerca de la desfibrilación externa:

Desde el punto de vista pediátrico, puesto que los dispositivos de DEA empleados son en realidad los de adultos (no hay aparatos pediátricos en el mercado) las reservas se centran en dos aspectos:

  1. ¿Son adecuadas la sensibilidad y especificidad de los algoritmos empleados para reconocer los ritmos desfibrilables cuando se utilizan en niños?  La literatura al respecto es escasa, y el hecho de que un estudio con un dispositivo DEA de determinada marca obtenga buenos porcentajes de sensibilidad y especificidad en el reconocimiento de las FV, no garantiza que el resto de las marcas lo vaya a conseguir.  Para la taquicardia ventricular la sensibilidad reflejada en los dos estudios realizados en niños es del 71% y 60% (no se desfibrilarían todas las TV sin pulso), con excelentes especificidades (cuando se desfibrila es porque se trata realmente de una TV). Afortunadamente este ritmo es poco frecuente en niños.

  2. En los riesgos de la desfibrilación, estando indicada, si se emplean las descargas programadas para los adultos. Existen un estudio de un niño de tres años con desfibrilación exitosa de 9J/kg, sin aparentes secuelas. Pero la prudencia invita a plantear que determinadas dosis de energía puedan producir daño en niños pequeños. Por ejemplo, en un niño de 1 año, en el tercer choque de un aparato que descargase 200-200-360J se transferirían 36J/kg.  Existe en el mercado un conjunto de cables y palas pediátricos que permiten que la descarga efectuada por los dispositivos DEA de adultos se reduzca a 50-75 J, pero apenas hay experiencia al respecto. Parece que su uso sería razonable.

En la actualidad la desfibrilación externa automática es una medida que podría resultar beneficiosa para algunos niños en parada cardiorrespiratoria. Sin embargo los dispositivos actuales no ofrecen suficientes garantías para su empleo en los niños más pequeños. Otorgar una clase IIb a la desfibrilación externa automática en niños de 1 a 8 años sin signos de circulación parece más un ejercicio de adivinación, un intento de eximir de responsabilidad en caso de uso y daño, o, en el mejor de los casos, un poderoso estímulo para que se avance en este campo.

Nieves de Lucas García
SAMUR-Protección Civil, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu. Julio 2003.

Bibliografía:

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Enlaces:

Palabras clave: Paro cardiaco, Fibrilación ventricular, Resucitación cardiopulmonar, Desfibrilación externa automática, Pediatría.