Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Artículo nº 819. Vol 5 nº 1, enero 2005

Autor:
Eduardo Palencia Herrejón

http://remi.uninet.edu/2005/01/REMI0819.htm

Muerte en Irak y ética médica

Artículo Original: Roberts L, Lafta R, Garfield R, Khudhairi J, Burnham G. Mortality before and after the 2003 invasion of Iraq: cluster sample survey. Lancet 2004; 364: 1857-1864. [Resumen] [Artículos relacionados]

Introducción: Sobre la población iraquí de casi 25 millones de habitantes se cernió, hace casi dos años, la peor de las plagas: la guerra. Sus efectos sobre la salud de la población no han sido hasta ahora cuantificados, por cuanto los gobiernos de los países atacantes no han facilitado datos de las muertes que han ocasionado [1]. Al general jefe del ejército agresor se le atribuye una terrible frase [2]: "Nosotros no hacemos recuentos de cadáveres"; estas actitudes contravienen la Convención de Ginebra y dificultan la apreciación de las consecuencias sanitarias de la ocupación de Irak.

Resumen: Un equipo universitario de epidemiólogos de Estados Unidos diseñó y realizó una encuesta a fin de conocer en una muestra representativa de la población iraquí el número, causas y circunstancias de muerte en los meses previos y posteriores al inicio del ataque por los ejércitos que invadieron y ocupan Irak [3]. El riesgo relativo de muerte por cualquier causa en la población de Irak aumentó después de la invasión en un 250% (RR 2,5; IC 95%: 1,6-4,2), con respecto a los meses previos. Las dos terceras partes de todas las muertes violentas se produjeron en el área de Faluya, que se excluyó del análisis, tras lo cual se encontró un riesgo relativo de muerte (con respecto a la etapa previa a la invasión) de 1,5 (1,1-2,3). Excluyendo el citado área de Faluya, se estimó que el número de muertes violentas en los 17,8 meses posteriores a la invasión fue de 98.000 personas (IC 95%: 8.000-194.000). Las causas principales de muerte antes de la invasión fueron el infarto de miocardio, las enfermedades vasculares cerebrales y otras enfermedades crónicas, y después de la invasión la primera causa fue la muerte violenta. Se detectaron muertes violentas en 15 de los 33 grupos de población encuestados, y fueron mayoritariamente atribuidas a las fuerzas extranjeras de ocupación, principalmente a causa de los bombardeos. La mayor parte de las víctimas mortales causadas por las fuerzas de ocupación fueron mujeres y niños. El riesgo de muerte violenta fue 58 veces mayor (IC 95%: 8,1-419) después que antes de la invasión.

Comentario: El estudio tiene dos lecturas, epidemiológica y política; aquí solo hablaremos de la primera, que confirma una vez más cómo la principal víctima de los conflictos bélicos es la población civil, incluso en una época en la que se habla de la precisión "quirúrgica" de la tecnología militar, y cómo los efectos de la invasión y ocupación de un país por parte de otros resultan dramáticos para toda la población. El presente estudio ha mostrado que, aunque con evidentes limitaciones, es posible realizar un estudio epidemiológico incluso en lugares donde está instalada una extrema violencia, aportando datos que ocultan las administraciones públicas. El estudio tiene no obstante cuatro importantes limitaciones: un margen de error alto (amplios intervalos de confianza), una posible subestimación de las víctimas de la invasión de Irak, pues los lugares considerados más peligrosos y por tanto donde no se realizó la encuesta son precisamente los sitios donde con más intensidad se han producido los bombardeos por tierra y aire de las fuerzas invasoras, que han destruido ciudades enteras; un posible sesgo por el temor de la población civil a confesar bajas a unos encuestadores procedentes del país que las ha causado, y una clara subestimación de los efectos de la destrucción del país sobre la salud de la población a medio y largo plazo, cuyas devastadoras consecuencias se prolongarán durante décadas.

En una actitud que resulta cruel y cínica, el Comité de Ética Médica de la American Medical Association [4] y otros médicos "expertos" en bioética [5] criticaban a sus colegas iraquíes, que durante los bombardeos permitían que se fotografiasen los cuerpos destrozados de civiles iraquíes para mostrar el horror de los ataques, aduciendo que lo hacían sin el permiso escrito de las víctimas. En opinión de este autor, la bioética médica debe salir urgentemente del intimismo del paciente individual en que se encuentra prisionera y tomar una postura clara contra la guerra [6].

Eduardo Palencia Herrejón
Hospital Gregorio Marañón, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu. Enero 2005.

Enlaces:

  1. Medact UK. The UK government has made no effort to count how many Iraqis have died or been injured since the 2003 invasion. [Enlace]

  2. Iraq Body Count. http://www.iraqbodycount.org (acceso 24 enero 2005).

  3. Diccionario de la RAE en línea. Imperialismo: "Actitud y doctrina de quienes propugnan o practican la extensión del dominio de un país sobre otro u otros por medio de la fuerza militar, económica o política".

  4. Goldrich MS. Images of war: patients' best interests are paramount. BMJ 2003; 327: 562. [Carta]

  5. Singh JA, De Pellegrin TL. Images of war and medical ethics. BMJ 2003; 326: 774-775. [Texto completo]

  6. Palencia E. Impacto sanitario del ataque a Irak. [REMI 2003; 3 (3i)]

Palabras clave: Guerra, Muertes violentas, Ética médica.