Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Artículo nº 897. Vol 5 nº 9, septiembre 2005

Autor: Encarnación Molina Domínguez

http://remi.uninet.edu/2005/09/REMI0897.htm

Presión intraabdominal en el paciente quemado

Artículo original: O´Mara M, Slater H, Goldfard IW, Caushaj P. Molina Prospective, Randomized Evaluation of Intra-abdominal Pressures with Crystalloid and Colloid Resuscitation in Burn patients.  J Trauma 2005; 58: 1011-1018. [Resumen] [Artículos relacionados]

Introducción: Hay estudios que han demostrado que la resucitación del paciente quemado grave con plasma disminuye la ganancia de peso y la presión intrabdominal (PIA), manteniendo la diuresis y la hemodinámica con un menor volumen de líquido perfundido. Los coloides no han mejorado los resultados en el paciente quemado, pero la posibilidad de disminuir el volumen de resucitación puede proteger del síndrome compartimental (SC) y mejorar la morbimortalidad.

Resumen: Los autores analizan 31 pacientes con un 25% o más de superficie corporal quemada (SCQ) y lesión por inhalación y los pacientes con SCQ del 40% sin lesión por inhalación. Se aleatorizó al ingreso en resucitación con cristaloides (CR) o coloides (CO). Para los pacientes tratados con cristaloides, se empleó la fórmula de Parkland para calcular el volumen de infusión. En los pacientes tratados con coloides se utilizó una combinación de cristaloides y coloides. Para valorar la PIA se midió la presión vesical. Se consideró hipertensión si había una presión mayor de 25 mm Hg y se definió el SC si existía disfunción renal o pulmonar. No hubo diferencias significativas entre los grupos en cuanto a edad, superficie corporal quemada, grado de las lesiones, PIA inicial, creatinina, BUN, presión pico en vía aérea  y exceso de bases. Durante la resucitación inicial los pacientes tratados con cristaloides requirieron mayor volumen  de líquidos (12,3 L frente a 22,1 L para los tratados con coloides, p = 0,02), y durante el curso de la resucitación  la PIA aumentó desde 5,8 mm Hg al ingreso hasta un máximo de 32,5 mm Hg (p < 0,0001). En los pacientes resucitados con coloides también hubo un aumento  significativo en la PIA de 5,9 a 16,4 mm Hg (p < 0,0001), siendo mayor el aumento en la PIA en los tratados con cristaloides (26,5 frente a 10,6 mm Hg; p < 0,0001). Hubo cuatro muertes en el grupo CR y 3 en el CO, y todos tenían mayor superficie corporal quemada y mayor grado de lesiones. La diuresis disminuyó en los pacientes resucitados con cristaloides, pero no en los resucitados con coloides. El análisis de regresión lineal demostró correlación en ambos grupos entre el volumen de fluidos administrados y la PIA (cristaloides, r2 = 0,351; plasma, r2 = 0,657, todos los pacientes, r2 = 0,621).

Comentario: Este estudio confirma los resultados de otros estudios que asocian el volumen de resucitación con la presión intrabdominal, lo que sugiere que la disminución en el volumen de resucitación podría disminuir la morbilidad del paciente quemado grave. En general, como se tiende a perfundir mayores volúmenes de resucitación que los predichos por las fórmulas utilizadas, los autores proponen la alternativa de utilización de plasma a 2,7 ml/kg/% de SCQ a fin de disminuir la incidencia de hipertensión intrabdominal y edema. Sin embargo, son necesarios nuevos estudios que comparen y evalúen  los resultados a largo plazo y los beneficios a corto plazo de los volúmenes bajos de resucitación con plasma y cristaloides en el paciente quemado.

Encarnación Molina Domínguez
Hospital San Jaime, Alicante
©REMI, http://remi.uninet.edu. Septiembre 2005

Palabras clave: Quemados, Resucitación, Presión intraabdominal.