Inmovilización
de la columna vertebral en el traumatismo penetrante: ¿riesgo o
beneficio?
Artículo original: Spine
immobilization in penetrating trauma: more harm than good? Haut ER,
Kalish BT, Efron DT, Haider AH, Stevens KA, Kieninger AN, Cornwell EE,
3rd, Chang DC. J Trauma 2010; 68(1): 115-120; discussion 120-111. [Resumen] [Artículos relacionados]
Introducción: Existe
controversia acerca de si la inmovilización extrahospitalaria de la
columna vertebral previa al traslado en pacientes con traumatismos
penetrantes de cabeza, cuello y tórax supone un beneficio o si por el
contrario puede retrasar o dificultar el tratamiento definitivo.
Resumen: Los autores
analizan
de forma retrospectiva los datos del National Trauma Data Bank de
Estados Unidos durante cuatro años, comparando la mortalidad
hospitalaria en pacientes con y sin inmovilización prehospitalaria de
la columna vertebral (collarín cervical o palas). Analizan 5
procedimientos prehospitalarios: intubación endotraqueal, MAST,
perfusión de fluidos, férulas y técnicas torácicas de emergencia.
Estudian la escala Injury Severity Score (ISS <15, >15 y >25),
la hipotensión arterial y el mecanismo de producción (heridas por arma
blanca o de fuego). Hubo un total de 45.284 pacientes con lesiones
penetrantes, el 32% tenían lesiones en cuello o tórax y el 22% un ISS
> 15. Del total de pacientes, al 4,3% se les realizó inmovilización,
siendo la mortalidad global del 8,1%. Los pacientes inmovilizados
tenían 2 veces más probabilidad de morir (14,7% frente a 7,2%; p <
0,001), más lesiones moderadas-graves y mayor probabilidad de: lesión
completa espinal, tratamiento quirúrgico, heridas por arma de fuego y
procedimientos extrahospitalarios. El análisis de regresión múltiple
mostró dos veces mayor probabilidad de muerte (OR 2,1; IC 95% 1,4-3,1)
en relación a los que no recibieron inmovilización. Solo el 0,01% de
los pacientes tuvieron una lesión medular incompleta beneficiándose de
la cirugía.
Comentario: Los autores
concluyen que la inmovilización puede aumentar la mortalidad al
retrasar el traslado del paciente al centro hospitalario para su
tratamiento. Sin embargo, es un estudio retrospectivo, que aunque
abarca un amplio número de pacientes y centros, desconocemos si existe
uniformidad en la recogida de datos y protocolos, sobre todo en lo
referente a quiénes y cómo realizan la valoración inicial, así como el
porcentaje de pacientes no incluidos (falta de documentación o
fallecimiento en la escena del accidente). Llama la atención el que los
autores no incluyan el tiempo trascurrido hasta la valoración inicial
y la distancia hasta el centro hospitalario más cercano, tampoco
describen las lesiones ni definen la variable mortalidad,
desconociéndose la causa y el tiempo que trascurre hasta el exitus
(mortalidad al ingreso, muerte intrahospitalaria atribuida al
traumatismo u otras causas). Con sus limitaciones este estudio es
importante, ya que muestra que la inmovilización solo beneficia
potencialmente a un porcentaje mínimo de pacientes. Podemos concluir
que existirían 3 subgrupos de pacientes: aquellos que no se benefician
de la inmovilización (pacientes conscientes en la escena del accidente
y sin focalidad neurológica), pacientes que se beneficiarían de dicha
inmovilización (pacientes con lesión medular incompleta) y un tercer
subgrupo dificil de definir y valorar que incluiría los traumatizados
en coma y con lesiones de alta sospecha de lesión vertebromedular. Se
precisarían estudios que valoren a este subgrupo de traumatizados y
estudien cómo la disminución en el tiempo en la atención inicial y
traslado contribuyen a la disminución de la mortalidad en los
traumatismos penetrantes.
Encarnación Molina Domínguez
Hospital General de Ciudad Real
©REMI, http://remi.uninet.edu.
Septiembre 2010.
Búsqueda en PubMed:
Palabras clave: Traumatismos
penetrantes, Inmovilización vertebral.
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