ISSN: 1578-7710

  Noticias marzo 2003
 

 

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Revista Electrónica de Medicina Intensiva
Noticias. Vol 3 nº 3, marzo 2003.

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  1. La neumonía es por primera vez la infección nosocomial más frecuente en España
  2. Informe de los resultados del ENVIN 2001: infecciones en Cuidados Intensivos
  3. Una epidemia de neumonía atípica grave originada en el sudeste asiático preocupa en la O.M.S.
  4. Informe de la O.M.S. sobre el impacto potencial del ataque a Irak sobre la salud de sus ciudadanos
 

La neumonía es por primera vez la infección nosocomial más frecuente en España


Se sabe que la neumonía es la infección nosocomial más frecuente en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), sin embargo  hasta ahora las infecciones nosocomiales más frecuentes en el ámbito de todo el hospital eran las infecciones urinarias (asociadas a sondaje vesical), seguidas de las infecciones de la herida quirúrgica. Así ha sido año tras año desde que, en 1990, se publicaron los primeros resultados del estudio EPINE (Estudio sobre la Prevalencia de la Infección Nosocomial en España).

Se acaban de dar a conocer los datos correspondientes al estudio EPINE 2002, en el que se han incluido datos de cerca de 55.000 pacientes ingresados en 264 hospitales españoles de más de 100 camas. La prevalencia de infección nosocomial en el 2002 es del 6,68%, casi idéntica a la del año 2001, que fue del 6,69%, y sustancialmente más baja que la del primer estudio EPINE, en el año 1990, del 8,45%. De los distintos servicios hospitalarios, son las Unidades de Cuidados Intensivos las que tienen una mayor prevalencia, del 30%. Por primera vez se ha producido lo que parecía una tendencia clara, pero aún no inmediata: las infecciones respiratorias (neumonías y bronquitis) han pasado a ocupar la primera plaza como infecciones nosocomiales más frecuentes, por encima de las que hasta ahora estaban por delante, las urinarias y las infecciones de la herida quirúrgica.

La infección nosocomial es un problema de salud prioritario, y los datos demuestran claramente que su incidencia puede reducirse adoptando un conjunto de medidas que van, desde la dotación material, hasta la cantidad de plantilla de personal sanitario y la formación del mismo. En un estudio de la OMS sobre prevalencia de la infección nosocomial realizado en 55 hospitales de 14 países se encontró que el 8,7% de los pacientes que ingresan en un hospital sufren infecciones nosocomiales. Esta tasa muestra una importante variación geográfica, siendo máxima en el Mediterráneo Oriental (11,8%) y Sudeste Asiático (10%) y menor en Europa Occidental (7,7%).

Según el estudio EPINE, la tasa de infección nosocomial en España se ha venido reduciendo, desde el 8,45% en 1990, hasta porcentajes inferiores al 7% en los últimos seis años, en que parece haberse estabilizado. En esta reducción influyen muchos factores, que van desde el tamaño de los hospitales (los hospitales mayores presentan tasas más altas de infección nosocomial) hasta la duración de las estancias (las estancias hospitalarias más cortas se asocian a tasas más bajas de infección). Es de destacar también la influencia de la edad en el riesgo de adquirir infección nosocomial; mientras que en 1990 la edad media de los enfermos ingresados era de 49 años, en la actualidad es de 57 años, habiéndose encontrado que el porcentaje de infecciones nosocomiales en pacientes de más de 65 años es del 50% (datos EPINE 1999). Un factor que puede estar influyendo en la reducción de las tasas de infección urinaria es el empleo ya generalizado de sistemas cerrados de drenaje urinario, y en la tasa de infecciones quirúrgicas las estancias pre y postoperatorias cada vez más cortas y el mayor recurso a las intervenciones endoscópicas.

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Eduardo Palencia Herrejón
©REMI, http://remi.uninet.edu. Marzo
2003.
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Publicados los resultados del ENVIN 2001


Se han publicado en la revista Medicina Intensiva los datos del Estudio Nacional de Vigilancia de la Infección Nosocomial en Unidades de Cuidados Intensivos (ENVIN-UCI) realizado en 2001. El Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (GTEI-SEMIUC) diseñó en 1994 esta herramienta epidemiológica.

La investigación recoge la incidencia acumulada y la densidad de incidencia de las infecciones con mayor morbilidad y mortalidad. Las tasas de la neumonía asociada a ventilación mecánica (N-VM) se mantienen o descienden levemente, mientras que han aumentado las de la bacteriemia primaria y la asociada a catéter venoso. El perfil etiológico no ha variado apreciablemente en los últimos años. Únicamente merece la pena mencionar que el problemático Acinetobacter baumanii exhibe una tendencia decreciente. Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus son los principales patógenos implicados globalmente en la N-VM. Al diferenciar entre N-VM tempranas y tardías, encontramos que S. aureus sensible a la meticilina y Haemophilus influenzae predominan en las primeras y que P. aeruginosa, A. baumanii y S. aureus resistente a la meticilina prevalecen en las últimas. Destaca una elevada tasa de neumonías polimicrobianas. En las infecciones urinarias, Escherichia coli sigue siendo el principal microorganismo, seguido a gran distancia por Enterococcus faecalis y Candida albicans. Staphylococcus epidermidis y los estafilococos coagulasa-negativa causan más del 40% de las bacteriemias primarias y asociadas a catéteres. En cuanto a la situación de las cepas multirresistentes, se ha aislado más de un 30% de P. aeruginosa resistentes a ceftazidima. La tasa de S. aureus resistente a meticilina permanece estable, en torno al 33%. Como también se mantiene la de E. coli resistente a ciprofloxacino (25,4%), que se ha hecho menos sensible también a las cefalosporinas de tercera generación (12,1% con cefotaxima). Un 32,1% de los A. baumanii son resistentes a imipenem, una cifra que parece estar descendiendo. Un dato de trascendencia indudable, a pesar de que se trate del aislamiento de sólo dos cepas, es la detección de resistencia de Enterococcus spp. y de S. aureus a la vancomicina.

En su andadura se han acumulado información de más de 32.000 pacientes y esperamos que el volumen aumente considerablemente ya que, afortunadamente, el interés por la aplicación del programa es cada vez mayor. La salvedad más obvia de este útil sistema es su limitación en el tiempo, que hace que nuestras consideraciones se hagan siempre desde la incertidumbre. Dado que la vigilancia epidemiológica puede tener un impacto en la disminución de la tasa de infección nosocomial y/o en la morbilidad y la mortalidad asociadas a la misma, deberíamos seguir este sistema de forma continua, con notificación mensual. Esto nos permitiría adoptar medidas de intervención, preventivas y terapéuticas, apropiadas.

Enlaces:

  • Álvarez-Lerma F, Palomar M, Olaechea P, Insausti J, Bermejo B, Cerdá E. Estudio nacional de vigilancia de infección nosocomial en unidades de cuidados intensivos. Informe del año 2001. Med Intensiva 2003; 27 (1): 13-23. [Resumen] [Texto completo] [PDF]

Beatriz Sánchez Artola
©REMI, http://remi.uninet.edu. Marzo
2003.
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Una epidemia de neumonía atípica grave iniciada en el sudeste asiático preocupa en la O.M.S.: "síndrome respiratorio agudo grave" (SARS)


Desde el 1 de febrero hasta las 16:00 h del 19 de marzo de 2003 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha comunicado 264 casos, sospechosos y probables, del SARS en todo el mundo (los viajes internacionales han favorecido su rápida diseminación) y nueve fallecimientos atribuidos al mismo.

El período de incubación es corto, de 2 a 7 días (media de 3 a 5 días). El personal sanitario que atiende a los pacientes de SARS y los contactos estrechos de los enfermos son los principales casos secundarios. De hecho, en Hong Kong hasta el 50 % de los enfermos hospitalizados son profesionales sanitarios y estudiantes de Medicina. La OMS establece que para su transmisión es necesario el contacto con las secreciones respiratorias y/o otros fluidos. Se desconoce el inóculo necesario para causar enfermedad, aunque la OMS afirma que su contagiosidad es inferior a la de los influenza virus.

Las personas con este síndrome comienzan bruscamente con fiebre elevada, escalofríos, cefalea, mialgias, faringodinia y tos improductiva. Muchos sufren diarrea. Se han descrito infiltrados pulmonares uni o bilaterales, intersticiales o no, aunque parece que en los pacientes más graves los infiltrados suelen ser bilaterales y progresan rápidamente desde las bases. La linfopenia, la trombocitopenia y el aumento de los niveles séricos de creatina fosfoquinasa son habituales y la hipoxemia muy importante.

Especialistas de Hong Kong han descrito la evolución de los enfermos más graves, que han necesitado ser atendidos en unidades de cuidados intensivos (UCI). La primera fase de la enfermedad es “relativamente” benigna, apareciendo, a los 3 o 4 días del inicio de los síntomas, las alteraciones radiográficas. Algunos días más tarde los pacientes empeoran, requiriendo muchos de ellos altas concentraciones de oxígeno y desarrollando finalmente distrés. La impresión es que están llevando a cabo esfuerzos extraordinarios para prevenir la propagación de la enfermedad, a pesar de lo cual todos los días ingresan nuevos pacientes en las UCI.

En las muestras obtenidas de los pacientes afectados se han identificado partículas con similitud a un virus de la familia paramyxoviridae (que incluye a los virus: respiratorio sincitial, parainfluenza, del sarampión, de la parotiditis, Hendra y Nipah, entre otros). Aún no podemos afirmar que el agente causal sea un paramixovirus o esté emparentado con esta familia, ya que estos virus están ampliamente diseminados en la población y su hallazgo en estos pacientes puede ser únicamente casual.

Ante un caso sospechoso deben instaurarse inmediatamente los aislamientos respiratorio y de contacto estrictos. En cuanto al tratamiento, se han ensayado diversos fármacos, pero la terapia fundamental es la de soporte. En Hong Kong están utilizando ribavirina intravenosa, sin poder concluir si resulta o no de utilidad.

Definición de caso de los CDC (Centers for Disease Control and Prevention):

Personas con enfermedad respiratoria de causa desconocida, iniciada desde el 1 de febrero de 2003.

Caso sospechoso

  • Uno o más signos de enfermedad respiratoria, incluyendo tos, disnea, hipoxemia, infiltrados pulmonares radiográficos sugerentes de neumonía o de distrés.
    Y

  • Fiebre (>38ºC).
    Y

  • Uno o más de los siguientes:

    • Contacto estrecho* en los diez días previos al inicio de los síntomas con una persona de la que se sospeche que pueda padecer el SARS.
    • Viaje en los diez días previos al inicio de los síntomas a un área en la que existe transmisión de SARS documentada (Tabla 1).

NOTA- Los casos sospechosos con: 1) evidencia radiográfica de neumonía o de síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) ó 2) evidencia en la autopsia de SDRA inexplicable por otra causa, son casos probables según la definición de la OMS.

* Contacto estrecho: se define por: 1) haber cuidado a un paciente sospechoso de tener SARS, 2) haber vivido con él o 3) haber tenido contacto directo con sus secreciones respiratorias y/o fluidos orgánicos

Tabla 1. Áreas con transmisión de SARS demostrada de persona a persona

Región Administrativa Especial de Hong Kong, Provincia de Guangdong (República Popular China)

Hanoi (Vietnam)

Singapur

Toronto (Canadá)

Enlaces:

  • Número acumulativo de casos sospechosos o probables comunicados hasta 19 de marzo de 2003. [OMS]

  • Normas para el control de la infección hospitalaria, recomendadas para quienes atienden a pacientes con probable SARS. [OMS]

  • Diagnóstico y tratamiento de casos sospechosos o probables de SARS. [OMS]

  • Actitud ante un caso sospechoso de SARS. Recomendaciones de los CDC. [PDF]

Beatriz Sánchez Artola
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Informe de la O.M.S. sobre el impacto potencial del ataque a Irak sobre la salud de sus ciudadanos


En estos momentos, sin duda el problema más grave de salud a nivel mundial está siendo provocado por los miles de toneladas de bombas que están segando vidas humanas y devastando un país: Irak. En la guerra de la desinformación, no tenemos datos fiables sobre el número de víctimas; lo más probable es que sean al menos varios millares, si no decenas de millares, los civiles y militares, casi en su totalidad irakíes, que perderán la vida en las próximas semanas como consecuencia directa de traumatismos producidos por seres humanos contra seres humanos.

En las últimas 24 horas, el país atacante ha iniciado la operación que denomina "conmoción y espanto", en la que los diarios de noticias afirman que se han lanzado más de mil misiles sobre todo el país, y se han bombardeado sus principales ciudades. El objetivo, según el ministro de la Guerra del país atacante, es "liberar al pueblo irakí". El país atacante tiene al parecer interés en probar la capacidad destructiva de sus nuevas armas de destrucción masiva, que, según informaciones aparecidas en los diarios de noticias, pueden segar cada una miles de vidas humanas, y son tan mortíferas como las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.

Las consecuencias del ataque a medio y largo plazo sobre la salud de la población son imposibles de cuantificar en la actualidad, y aún hoy, serían en buena medida evitables si existiera la voluntad de evitarlas.

Nota: El anterior comentario puede considerarse como un minieditorial escrito por el Director de REMI a título personal, y en el ejercicio de lo que cree son sus atribuciones como tal. No se pretende crear con él un debate sobre la guerra en la revista ni en su lista de distribución, sino introducir una sección donde se irán incorporando noticias y enlaces relevantes al problema sanitario generado por el ataque sobre Irak.

En los enlaces siguientes, se ofrece información de la O.M.S. sobre la situación sanitaria en Irak y sobre el impacto que sobre ella podría tener el ataque:

Enlaces:

Briefing note on the potential impact of conflict on health in Iraq: march 2003:

Página en la OMS sobre la situación sanitaria en Irak:

Eduardo Palencia Herrejón
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última modificación: 01/07/2007