| Diez veces más frecuente que la rotura septal y de músculo papilar, la 
      rotura de pared libre es una complicación infrecuente aunque muy grave del 
      infarto agudo de miocardio (IAM) [1]. Después del shock cardiogénico es la 
      principal causa de muerte en los pacientes con IAM [2]. Su incidencia en 
      la era pretrombolítica oscilaba entre el 2 y el 7% [3, 4]. Presenta una 
      curva bimodal con dos picos: uno en las primeras 24 horas de forma que 
      aproximadamente el 50% de ellas se presentan en las primeras 24 horas; y 
      un segundo pico tardío entre los 3 y 5 días [5].
 La revascularización precoz es un factor protector de 
      esta terrible complicación y ha disminuido su incidencia por debajo del 1% 
      [1], con superioridad de la revascularización percutánea frente a la 
      firbinolisis (1% frente a 6%, p=0,001) [6]. La administración tardía de 
      fibrinolisis aumenta de forma clara el riesgo de rotura [7]. Los signos típicos de rotura de pared libre implican la 
      aparición de síncope, dolor torácico recurrente, hipotensión brusca e 
      indicios de taponamiento cardíaco [8]. Por el contrario, la rotura puede 
      manifestarse en forma de “rotura contenida” con fallo cardíaco 
      persistente. En este caso es necesario un alto grado de sospecha para 
      llegar al diagnóstico [9, 10]. El IAM con arterias coronarias normales es un hallazgo 
      infrecuente aunque ampliamente descrito en la literatura desde principios 
      de los años 80 [11, 12]. Representa el 2-3% de los casos de IAM que son 
      sometidos a estudio angiográfico [13, 14]. En la mayoría de los casos el 
      mecanismo por el que se produce el IAM esta basado en la especulación. La 
      trombosis coronaria, embolias, espasmo coronario sostenido, vasculitis, 
      coagulopatías, ateroesclerosis subclínica y la enfermedad de pequeño vaso 
      se consideran las etiologías fundamentales de esta enfermedad [14, 15]. 
      Normalmente afecta más a personas jóvenes y a mujeres. Los factores 
      etiológicos más frecuentemente encontrados fueron el espasmo coronario y 
      las alteraciones de la coagulación en un tercio de los pacientes [14]. La 
      localización del infarto es similar en los pacientes con y sin lesiones 
      coronarias establecidas [16]. El pronóstico a largo plazo de estos 
      pacientes es más favorable en aquellos que no presentan lesiones 
      coronarias [14, 17, 18] (tasa de supervivencia a los 7 años 91% frente a 
      75%; p<0,0001) [17]. La rotura cardíaca asociada con un infarto agudo de 
      miocardio con coronarias normales es una entidad muy infrecuente. En 
      nuestra revisión de la literatura médica actual solamente hemos encontrado 
      cuatro referencias a rotura cardíaca asociada con arterias coronarias 
      normales, dos de ellos con la formación de un pseudoaneurisma ventricular 
      [19-22]. Con respecto a la etiología solamente se constató en dos casos, 
      el espasmo coronario fue el responsable en uno de ellos y una embolia 
      procedente de la aurícula izquierda en el segundo. En nuestro caso el 
      paciente tiene el antecedente de una trombosis venosa profunda en el 
      miembro inferior izquierdo. ¿Podría tratarse de una embolia paradójica por 
      la presencia de una comunicación interauricular?. En el ecocardiograma 
      transesofágico (ETE) no se constató comunicación interauricular. El 
      laboratorio de hemodinámica no realizó test de ergonovina, por lo que no 
      pudimos evidenciar la presencia de espasmo coronario. 
      Pregunta nº 1:
      A la vista del diagnóstico final del paciente 
      la realización de una ACTP primaria es la opción más acertada, pero 
      ¿presenta el paciente una contraindicación formal para la fibrinolisis?: 
      Respuesta correcta: a. 
        
        El 
        sangrado activo constituye una contraindicación absoluta para la 
        fibrinolisis
        Se trata 
        de una lesión vascular compresible y por ello una contraindicación 
        relativa para la fibrinolisis
        En este 
        caso no observo contraindicación para la fibrinolisis sistémica
        Dada la 
        edad del paciente y sus antecedentes no optaría por terapia de 
        revascularización Se trata de una pregunta de difícil respuesta, pues no 
      está contemplada de forma específica en la bibliografía. Además 
      dependiendo de la fuente consultada podemos observar pequeñas variaciones. 
      En la reciente actualización de la guía de manejo del IAM con elevación 
      del segmento ST (IAMCEST) de la Sociedad Americana de Cardiología se 
      contemplan variaciones en las contraindicaciones para fibrinolisis [5]. El sangrado activo se 
      considera una contraindicación absoluta para fibrinolisis sistémica tanto 
      la reciente guía de la Sociedad Americana como en el proyecto ARIAM [24] y 
      la guía de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Con respecto a las 
      demás contraindicaciones destacan por representar una variación importante 
      con respecto a las previas: 
        
        
        El ictus isquémico persistente o 
        transitorio se consideran una contraindicación absoluta si se han 
        producido en tres horas tras el IAM y los tres meses previos. Se 
        consideran seis meses en el proyecto ARIAM y en la guía de la SEC de 
        1999 [25].
        
        La cirugía mayor dentro de las tres 
        semanas previas se considera una contraindicación relativa. En la guía 
        de la sociedad española de 1999 y en el proyecto ARIAM se consideran una 
        contraindicación absoluta si es en los 14 días previos.
        
        La reanimación cardiopulmonar prolongada 
        o traumática se considera una contraindicación relativa. En la guía de 
        la SEC de 1999 y el proyecto ARIAM no se consideran contraindicación 
        como tal.
        
        Los pacientes con un riesgo hemorrágico 
        mayor del 4% deben ser tratados con ACTP primaria.
        
        Es fundamental una valoración 
        individualizada del riesgo-beneficio en cada paciente teniendo en cuenta 
        la disponibilidad de un laboratorio de hemodinámica. La sospecha de rotura 
      cardíaca contraindica formalmente la realización de fibrinolisis 
      sistémica. Pregunta nº 2:
      ¿Cuál es el tratamiento para esta temible 
      complicación del infarto agudo de miocardio?: Respuesta correcta: a. 
        
        Se trata 
        de una urgencia quirúrgica y el paciente debe ser trasladado a un centro 
        con disponibilidad de cirugía cardíaca, salvo que exista 
        contraindicación por la comorbilidad del paciente o deseo expreso 
        contrario por su parte
        
        La reparación precoz tiene mejores resultados que la intervención tardía
        
        En este momento y revisando las diferentes series la mortalidad de la 
        intervención es tan elevada que no justifica su realización
        La 
        pericardiocentesis está totalmente contraindicada A pesar de la intervención precoz 
      la mortalidad se mantiene por encima del 805 [1]. En la fase aguda y si el 
      paciente presenta signos de inestabilidad hemodinámica la 
      pericardiocentesis se puede considerar una medida de soporte junto con la 
      fluidoterapia intensiva, soporte inotrópico y reducción de la poscarga [5, 
      8, 27]. Los pacientes con rotura de pared 
      libre de VI deben ser intervenidos de forma urgente. La técnica clásica 
      incluye la infartectomía con reparación mediante parche de pericardio 
      autólogo o equino, acompañado de cirugía de revascularización coronaria. 
      Se han comunicado buenos resultados con técnicas más conservadoras 
      mediante la aplicación de parche con pegamento biológico [2, 26, 28]. La 
      utilización de un balón de contrapulsación intraaórtico puede resultar de 
      utilidad para disminuir la incidencia de re-rotura. Las tasas de 
      mortalidad operatoria oscilan entre el 24 y el 35%, con una mortalidad 
      hospitalaria del 50-60% [2, 30]. En pacientes ancianos una actitud 
      conservadora puede ser adecuada. El manejo posterior incluye reposo en 
      cama durante varias semanas, control de la tensión arterial (presión 
      arterial sistólica por debajo de 120 mm Hg) y agentes betabloqueantes si 
      son bien tolerados [2, 23]. Pregunta nº 3:
      ¿Cuáles son los factores de riesgo implicados 
      en la rotura de pared libre?: Respuesta correcta: a. 
        
        Es más frecuente en enfermos sin antecedentes 
        de cardiopatía isquémica, con el primer infarto y enfermedad monovaso
        Es más frecuente en infartos 
        inferiores
        El uso de corticoides duplica el riesgo de 
        sufrir una rotura de pared libre durante la fase aguda y subaguda
        Es más frecuente en varones Los factores de riesgo para rotura 
      de pared libre descritos en la literatura incluyen [2, 5, 7, 8]: 
        
        
        Primer infarto sin antecedentes de angina
        
        Enfermedad monovaso especialmente sin desarrollo de 
        circulación colateral
        
        Infarto agudo de miocardio anterior
        
        Sexo femenino
        
        Edad mayor de 65 años
        
        Hipertensión arterial La diabetes parece no representar 
      un factor de riesgo [31]. La rotura cardiaca es más frecuente cuando la 
      terapia  de revascularización se realiza con fibrinolisis sistémica [1, 2, 
      5, 6]. Son numerosos los estudios que 
      intentan establecer la relación de los corticoides con la rotura cardíaca. 
      Un reciente metaanálisis ha fallado en demostrar un efecto perjudicial de 
      los corticoides en la incidencia de rotura cardíaca (OR 0,74; Intervalo de 
      confianza del 95% 0,59 a 0,94 p=0,015) [31]. Sin embargo deben utilizarse 
      con precaución en el contexto de un infarto agudo, especialmente si es 
      transmural. Pregunta nº 4:  Es 
      necesario un alto grado de sospecha para diagnosticar los casos subagudos 
      o que acompañan a un infarto silente. ¿Qué datos nos pueden orientar hacia 
      el diagnóstico?: Respuesta correcta: c. 
        
        Un TAC 
        torácico es indispensable para llegar al diagnóstico
        La 
        ecocardigrafía transtorácica tiene baja sensibilidad y especificidad
        Los hallazgos típicos en el 
        ECG incluyen taquicardia sinusal, evidencia de infarto transmural, 
        elevación persistente del ST y pseudonormalización de la onda T
        La colocación de un catéter 
        de Swan-Ganz es indispensable para el diagnóstico Si hay una sospecha 
      fundada de rotura cardíaca según los hallazgos clínicos y 
      electrocardiográficos, la ecocardiografia transtorácica constituye una 
      prueba diagnóstica rápida y sensible [2, 5, 8, 23, 26]. El hallazgo más 
      frecuente en la ecocardiografía es la presencia de un derrame pericárdico 
      moderado y la visión del defecto de pared [29]. La ecocardiografía 
      transesofágica puede aportar información adicional porque proporciona una 
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