La Ley del más fuerte
Según
datos de la OMS, en
Camerún 168 de cada mil
niños mueren antes de los 5 años. En España la mortalidad infantil es de 5
por mil. Cualquier niño de los que han sido atendidos en las campañas de
salud que la O.N.G.D. Zerca y Lejos
lleva a cabo cada verano es, hasta cierto punto, un chico con suerte, que
la selección natural ha escogido para que antes de cumplir los diez años
pueda sostener un machete y salir a la selva para mantener a su familia, a
pesar de la malaria o del hambre.
La esperanza
de vida sana al nacer
es de 41,8
años para la mujer (75,3
en España), y muchas de las veces que una mamá pasa ese umbral
corre el riesgo de que sus hijos mueran antes que ella y no haya nadie que
la mantenga, cuando el reumatismo le impida coger cestas de mandioca o la
ceguera de los ríos la obligue a caminar 8 kilómetros a ciegas para llegar
a un campamento donde, por primera vez en su larga vida, sea escuchada por
lo más parecido a un médico que habrá conocido jamás.
El 48% de la
población vive bajo el umbral de la pobreza (menos de un dólar americano
al día). Por cada cien mil habitantes hay siete médicos (329 en España),
pero por si esto fuera poco falta la educación para saber cuándo hay que
acudir a uno, el dinero para correr con los gastos y la manera, muchas
veces, de llegar hasta ellos.
El Índice de
Desarrollo Humano, ranking basado en acceso a agua, médicos, tasa
de paro y democracia, sitúa a Camerún en el puesto 144 de 177. Estos
números se traducen en que, sirva como ejemplo, el médico camerunés que
trabaja con ZyL no tiene agua corriente en su casa de Yaoundé,
la capital, mientras en la zona de Bengbis, donde ZyL desarrolla su
actividad, el agua corriente sería un lujo impensable.
Otras cifras
pueden reflejar a cuántos años luz está Camerún de nuestro mundo en cuanto
a desarrollo, pero compararlo todo en cifras no tendría mucho sentido. No
se pueden medir las cosas con el mismo baremo, pues estamos hablando, como
se dice, del tercer mundo. Es decir, dos mundos por debajo.
Las campañas de Salud
La
provincia de Bengbis está situada al sur de Camerún, en plena selva
tropical. Su capital, Bengbis, está situada aproximadamente 200 kilómetros
al este de Yaoundé. De difícil acceso en las épocas de lluvias (6 meses al
año), se encuentra comunicada por pistas de tierra con dos ciudades:
Akonolinga al norte y Sangmelima al sur, distantes cada una de ellas a 80
km. A pesar de que las campañas de salud se hicieron en la época seca, los
recorridos eran cortos y los viajes largos.
Las campañas se anuncian a principio del verano en Bengbis capital,
citando a una reunión a los jefes de los poblados. Se hace una lista de
los poblados incluidos, que luego se modifica por cuestiones de clima,
voluntarios disponibles, etc.
Cada campaña de salud dura de dos a cuatro días (dependiendo del número de
pacientes que acudan a la cita), y se hacen 4 tipos de intervención
sanitaria:
-
Consultas gratuitas y administración de
medicamentos
-
Citaciones para cirugía programada en el hospital
de Bengbis
-
Evacuación de enfermos graves y financiación de los
gastos hospitalarios
-
Campaña de
Prevención y Educación Sanitaria
A
cada campaña acuden uno o dos médicos nativos que colaboran con la O.N.G.D.
por voluntad o bajo un salario bajo en concepto de motivación, una
licenciada en medicina española, varios estudiantes de medicina de las
universidades Autónoma y Complutense de Madrid de distintos cursos, y dos
traductores nativos, uno de ellos Español-Bulu y otro Francés-Bulu. El
bulu es la lengua materna de los habitantes de Bengbis, aunque muchos de
ellos hablan el francés.
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Para
las consultas se llevan dos tiendas de campaña grandes, mesas, sillas,
camillas, los medicamentos calculados para esa campaña, libros, y material
básico (fonendos, otoscopio, tensiómetro, termómetro, linterna...). La
farmacia se instala con unas mesas bajo una lona. El chef de cada
pueblo hace una lista de los habitantes, que habitualmente controlamos uno
de nosotros, y se va haciendo pasar a los pacientes a la consulta. Se
realiza la historia clínica en un cuestionario pre-diseñado, y el paciente
acude después a la farmacia a recoger los medicamentos recetados.
Los medicamentos que se
usan se consiguen mediante pedidos a la Organización
Farmamundi, y se formula la lista
de los que vamos a usar en base a la lista de Medicamentos Esenciales que
propone la organización Médicos Sin Fronteras
en la Campaña
para el Acceso a Medicamentos Esenciales (CAME). La CAME es una
campaña internacional y tiene como objetivo disminuir la brecha existente
entre países ricos y pobres en cuanto al acceso a medicamentos esenciales,
abogando por la reducción de precios, la mayor financiación, una política
transparente de precios diferenciales por parte de las compañías
farmacéuticas, la competencia de los genéricos, y un mayor presupuesto
para I+D.
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Cada
día se han consultado 150-200 pacientes como promedio, llegando en algunas
ocasiones a ver a 350 pacientes en una sola jornada. Suelen funcionar tres
o cuatro consultas a la vez, y en la farmacia hay de dos a cuatro personas
dispensando medicamentos, previamente preparados por todos los voluntarios
en dosis prefijadas y en bolsas rotuladas de manera que cada paciente pueda
comprender bien la dosificación del fármaco que recibe.
Este
año se han incorporado tres innovaciones que se han considerado básicas
para que la situación sanitaria mejore, incluso cuando la campaña haya
acabado. Son los traductores nativos, la archivación de historias
clínicas, y lo más importante, la campaña de prevención.
La
importancia del traductor nativo ha radicado en que no sólo los
voluntarios que hablaban francés podían realizar consultas, lo que ha
permitido tener un mayor número de personal atendiendo pacientes. Además,
al ser el traductor de un pueblo vecino (si no del mismo) al del paciente
consultado, el paciente deposita más confianza en el proceso, lo que
favorece el éxito de la entrevista clínica. El traductor nativo puede
captar los matices lingüísticos y gestuales del paciente durante la
anamnesis,
y conoce las costumbres propias y la problemática de la región. En muchas
ocasiones el traductor conocía personalmente al paciente, lo que permitía
objetivar datos como la pérdida de peso, etc. Además es un testigo de la
intención de la campaña que permanecerá en el terreno, favoreciendo que la
imagen del voluntario para el paciente no sea la de un extraño, sino la de
un “blanco” amigo de su vecino.
El
hecho de que este año se haya escrito una historia clínica de cada
paciente hace que se les pueda seguir en un futuro, permite un
conocimiento exhaustivo de la población para la realización de estudios
epidemiológicos para orientar siguientes campañas y analizar la
efectividad de los fármacos y procedimientos que utilizamos.
Por
último, la campaña de prevención se ha estrenado este año y los médicos
nativos han hecho hincapié en ella de cara a la población, ya que la
educación para la salud es el primer acto sanitario en el que debemos
pensar. La prevención se ha basado en la idea de que antes de intentar
superar el obstáculo que supone la falta de medios hay que conocer cuáles
son los medios de los que se carece. También implica que el voluntario
muestra una preocupación por los problemas sanitarios de la región, y que
se niega a aceptar la enfermedad como un hecho inevitable en muchos de los
casos. Un ejemplo de la campaña de prevención es la insistencia en el uso
de mosquiteras para la prevención de la malaria. Tras explicar el proceso
de infección, se insistió en este aspecto a pesar de que allí están a un
precio elevado para el bolsillo de muchos de los habitantes. Aun así se
intentó inculcar el concepto de que era una buena inversión para la salud,
ya que provoca más pérdidas un cabeza de familia enfermo que no puede
salir al campo a conseguir alimento con el que subsistir. Además se dio a
conocer la campaña que lleva a cabo el gobierno de la República de Camerún
de dispensar mosquiteras a las mujeres embarazadas.
Javier Palencia Ramírez
Estudiante de 5º de Medicina
Hospital Gregorio Marañón
Universidad Complutense, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu.
Octubre 2005. Envía
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