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Velázquez: La adoración de los Reyes Magos
Diego de Silva Velázquez (Sevilla 1599 - Madrid 1660). La adoración de los Reyes Magos, 1619.
Óleo sobre lienzo (203 x 125 cm). Madrid, Museo del Prado.
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Es una
escena nocturna plena de naturalismo tenebrista, probablemente
encargada por los jesuitas sevillanos. En un lienzo vertical de gran
formato, dos planos oscuros separados por un escenario algo más
luminoso en el que se disponen los personajes, de perfectas
dimensiones, desbordan el encuadre (algunos especulan con un recorte de
la tela en lugar de una disposición meditada por el artista).
Su suegro y maestro, el humanista Francisco Pacheco, no fue un pintor
sobresaliente, pero sí un extraordinario instructor para Velázquez,
proporcionándole en su casa en la que se acomodó nuestro artista (“la
cárcel dorada del arte” que menciona Palomino) una exquisita formación,
unos sólidos pilares para la ejecución artística con una técnica
soberbia, sin mermar un ápice su innata genialidad, y también un
mecenazgo perpetuo.
Velázquez entendió que su formación debía adquirir un carácter
científico y su biblioteca así lo atestigua; en ella figuran volúmenes
de geometría, aritmética, óptica, anatomía, arquitectura, historia y
otras disciplinas.
La precisión en el dibujo de la que habla Burger y el admirable dominio
del relieve quedan bien representados en esta tela, en el que las
figuras son modeladas de forma magistral con pincelada amplia y segura.
El gran historiador e hispanista Carl Justi describe a esta Virgen como
una hermosa “campesina humilde” de manos extraordinariamente
recias, hechas al trabajo duro. Va vestida con ropas muy gruesas
acordes con la fría estación. Su gesto es sereno, incluso
imperturbable, sin que deje traslucir un ápice de emoción por el
acontecimiento.
No hay representaciones angélicas, estrellas guía u otros símbolos
(salvo el espino que aludiría a la Pasión) para un niño que parece algo
mayor, aunque lo cierto es que los distintos textos religiosos datan
esta visita de forma dispar en un rango entre pocas horas y dos años
tras el nacimiento.
El crío está ceñido en pañales y envuelto en el
manto de su madre, inmovilizado, siguiendo así Velázquez los deseos de
su maestro Pacheco, que fiel a su concepción naturalista no concebía la
representación de un niño desnudo a la intemperie en pleno diciembre.
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Los tres sabios son representantes preeminentes de la sociedad de
entonces, quizá un canónigo, un comendador y un príncipe, ataviados con
elegancia y austeridad, y acompañados por un único paje; una
iconografía bastante alejada por tanto de otros cuadros donde son
acompañados por una fastuosa comitiva y vestidos con opulencia. No hay
coronas, turbantes, tocados, joyas u otros adornos aquí, pero sí una
dignidad que dimana del porte de los tres personajes. El pintor sí es
fiel a la tradición iconográfica de “las tres edades del hombre”, y
también a la de representar las tres ofrendas. Velázquez gustaba de tomar a sus familiares y a
sí mismo como modelos; algunos historiadores identifican a la Virgen
con su esposa Juana Pacheco, al niño Jesús con su hija Francisca, a
Melchor con su suegro y a él mismo con Gaspar.
Este cuadro forma parte de su etapa de aprendizaje en Sevilla; desde
1623 comenzaría para él en la corte madrileña un periodo de éxito sin
fin (y que nos deja obras muy interesantes desde el punto de vista
médico), hasta su muerte en 1660 tras el padecimiento de “una fiebre”.
Según los doctores de cámara de Felipe IV, Miguel de Alva y el
Doctor Pedro de Chavarri, se trataba de "un principio de terciana
sincopal minuta sutil".
Feliz Navidad y feliz 2010 a todos los lectores de REMI.
Beatriz Sánchez Artola
Hospital Infanta Leonor, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu. Diciembre 2009.
Enlaces:
- Adoración de los Reyes. Reproducción de la obra. Museo del Prado.
- La Navidad en el Museo del Prado. Itinerario de arte navideño.
- Navidad 2009 en el Museo del Prado. Propuestas de arte.
- Burger, W. Tresors d'Art en Angleterre. París: Jules Renouard, imprimerie génerale de Ch. Lahure, 1865.
- Palomino, A. El museo pictórico y escala óptica. III. El parnaso
español pintoresco laureado. Madrid: Aguilar SA de Ediciones, 1988.
- Justi, C. Velázquez y su siglo. Madrid: Ediciones Istmo, 1999.
- Méndez Rodríguez, L. Velázquez y la cultura sevillana. Sevilla: Universidad de Sevilla-Fundación Focus-Abengoa, 2005.
- Ruiz Pérez, P. La biblioteca de Velázquez. Sevilla: Consejería de
Cultura, Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales, 1999.
- Warnke M, Velázquez. Forma y reforma. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica (CEEH), 2007.
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