BIS-XP: no para todos los pacientes
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Artículo Original:
Tonner PH, Wei C, Bein B, Weiler N, Paris A, Scholz J.
Comparison of two bispectral index algorithms in monitoring sedation in
postoperative intensive care patients. Crit Care Med 2005; 33: 580-584. [Resumen]
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Introducción:
El objetivo de este estudio observacional prospectivo
fue evaluar si la nueva versión del monitor de sedación del sistema BIS (Bispectral
Index), BIS-XP, que corrige artefactos musculares, es superior a la
versión antigua del sistema BIS en pacientes posquirúrgicos ventilados
mecánicamente.
Resumen: Se insertaron
dos sensores (BIS y BIS-XP) en la frente de cada paciente (n= 46;
ingresados en UCI tras cirugía abdominal), y se realizaron 440 pares de
mediciones, tomadas cada dos horas. Estos valores fueron comparados entre
sí y con la escala de Ramsay aplicada por un observador. Los pacientes
fueron sedados con propofol y sufentanilo. Los resultados mostraron una
buena correlación entre ambos sensores (r= 0,79; p< 0,01), siendo la
medición afectada por la actividad encefalográfica.
Comentario: La
conclusión de los autores es que la nueva versión BIS-XP no mejora los
resultados de la versión BIS previa al interferirse demasiado por la
actividad muscular frontal, principal crítica a este sistema de
monitorización y que afecta su fiabilidad. Sin embargo, es conveniente
realizar varias matizaciones: 1)
Se trata de pacientes posquirúrgicos de cirugía abdominal
programada monitorizados con BIS en las primeras 24 horas. Estos enfermos
son más proclives a mostrar alteraciones y artefactos debido a problemas
relacionados con el temblor (11 pacientes tuvieron escalofríos) y a
conseguir una sedación estable. En enfermos impregnados de sedación (no
necesariamente relajados) la situación hubiese sido probablemente
distinta. 2)
En estos enfermos la utilidad teórica del monitor disminuye, ya que
si no se complican (el artículo no indica nada al respecto), la retirada
de la sedación puede hacerse de manera precoz. 3)
La comparación con la escala de Ramsay tiene los problemas
derivados de la subjetividad de la misma y de la ausencia de cegamiento en
la comparación con la puntuación del BIS. Podría ser preocupante los
errores claros del BIS (>80) con tramos altos de la escala de Ramsay
referidos por los autores. En mi opinión, aun con escasa experiencia,
puede diferenciarse un artefacto tan grosero y buscar una explicación
adecuada (dolor, interferencia eléctrica); únicamente hay que atenerse a
la máxima habitual de “manda el paciente y no el monitor”. 4)
Finalmente, la posición de los sensores, como reconocen los autores,
no fue la indicada por los fabricantes y pudo haber artefactado las
mediciones. A pesar de todo, el valor del artículo es advertirnos que el
BIS todavía debe perfeccionarse para ser una técnica fiable para todos los
pacientes en UCI. Es imprescindible ser consciente de sus limitaciones y
sus indicaciones, y aprovechando sus potencialidades en determinados
enfermos (neurológicos, sedaciones prolongadas) mediante un cuidadoso
juicio clínico. Lo que parece claro es que la sedación habrá de
monitorizarse por éste u otro sistema con fiabilidad y reproducibilidad
probadas. Un aspecto tan importante de nuestros cuidados no puede seguir
realizándose a ciegas.
Vicente Gómez Tello
Clínica Moncloa, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu.
Marzo 2005
Enlaces:
Palabras clave:
Sedación, BIS, Monitorización
EEG.
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