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Conceptos
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Elección
del modelo. formulación de la pregunta de investigación
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Modelos
de endotoxinemia
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Modelos
de infección bacteriana
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Modelos
de peritonitis
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Modelos
que reciben tratamiento
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Aportación de los modelos preclínicos al conocimiento de la sepsis humana
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Conclusión
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Bibliografía
Sepsis es la constelación de signos, síntomas y cambios
fisiopatológicos asociados a una infección. Diferentes estímulos no
infecciosos (p. ej.: pancreatitis, isquemia-reperfusión tras cirugía
vascular, contusión pulmonar, quemaduras masivas, etc.) pueden originar
una respuesta inflamatoria en el huésped indistinguible de la originada
por una infección. Esta respuesta inflamatoria se denomina en general
síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS). Sólo cuando el SRIS
se debe específicamente a una infección se denomina sepsis. Sepsis grave
es aquella sepsis que se acompaña de la disfunción de al menos un órgano.
Las manifestaciones clínicas del SRIS que se utilizan
como criterios para su diagnóstico son la taquicardia, la taquipnea o la
necesidad de ventilación mecánica, la leucocitosis o la leucopenia, y la
fiebre o la hipotermia. Los cambios fisiopatológicos asociados al SRIS y a
la sepsis son comunes, y consisten en una respuesta pro-inflamatoria del
huésped. En la actualidad, es imposible distinguir clínicamente el SRIS y
la sepsis, excepto en los casos en los que existe un foco infeccioso
evidente. La activación por diversos estímulos (p. ej.: restos de DNA
bacteriano o viral, detritus celulares, endotoxina, componentes de la
pared de bacterias grampositivas, etc.) de una familia de receptores de
membrana denominados Toll-like receptors es el evento molecular común al
inicio de la respuesta del huésped ante esos insultos causantes del SRIS.
Este reciente descubrimiento ha permitido explicar el hecho de que
diferentes estímulos conducen a la misma respuesta pro-inflamatoria en el
huésped.
La sepsis se asocia, pues, con diferentes cambios en la
función de los órganos inducidos por un estímulo infeccioso, en el
contexto de un ambiente pro-inflamatorio. Estos cambios incluyen: (i)
activación de diferentes sistemas de proteasas (coagulación, fibrinolisis,
complemento, elastasa neutrófila); (ii) hipoperfusión tisular; (iii)
vasodilatación sistémica, hipotensión sistémica, vasoconstricción pulmonar
y aumento del gasto cardíaco; (iv) activación de la glucolisis, lipolisis
y proteolisis; (v) una elevada mortalidad.
A la luz de estos conceptos, un modelo de sepsis
clínicamente relevante ha de reproducir una situación pro-inflamatoria en
el animal y alguno de los cambios enunciados previamente tras un estímulo
infeccioso. Además, remedando la situación clínica, debe asociarse a una
mortalidad elevada. La relevancia clínica del modelo se basa en que
reproduzca alguno de esos cambios, y en que se acompañe de una mortalidad
semejante a la sepsis grave humana de forma no aguda (es decir, a lo largo
de los días siguientes al estímulo séptico). Ningún modelo animal reproduce todos los cambios
característicos de la sepsis humana (Tabla I).
Tabla I.
Los modelos animales comparados a la sepsis
humana
|
|
Características |
Modelos preclínicos |
Sepsis grave/shock séptico en humanos |
Edad |
Jóvenes generalmente |
Adultos o ancianos |
Insulto |
Endotoxina o microorganismo definido |
Desconocido o microorganismos múltiples |
Tratamiento antibiótico |
Variable |
Siempre |
Tiempo del tratamiento |
Antes o poco después del insulto |
Tiempo variable después del insulto |
Duración del insulto |
Muy corta (aplicación de LPS en minutos) |
Prolongada (foco séptico persistente, episodios de bacteriemia) |
Patocronia |
Rápida |
Lenta |
Comorbilidad presente |
Casi nunca |
Muy frecuente |
Autoanticuerpos |
Desconocido |
Muy frecuente |
Uso de ventilación mecánica |
Variable |
Casi siempre |
Limpieza del ambiente |
Deficiente |
Muy limpio |
Coprofagia |
Frecuente |
Nunca |
Tolerancia a anticoagulantes |
Sí |
No |
|
Los primates, perros y ratas desarrollan una respuesta
hipodinámica tras el estímulo séptico. Estas especies son resistentes a la
endotoxina y requieren dosis 10-100 veces superiores a las que inducen una
respuesta en humanos. El conejo es particularmente sensible a la
endotoxina. Los cerdos también desarrollan una respuesta hipodinámica. Las
ovejas son más sensibles a la endotoxina, y la respuesta pulmonar y
cardiovascular es semejante a la de los humanos.
2. Elección
del modelo: formulación de la pregunta de investigación |
El modelo ha de elegirse dependiendo del objetivo que
se pretenda estudiar. Por ejemplo, si se pretende estudiar los mecanismos
de vasodilatación ha de usarse un modelo que presente disminución de la
resistencia vascular sistémica tras el estímulo. Si se pretende estudiar
la mortalidad, debe ser un modelo crónico que presente una mortalidad
significativa durante los días siguientes al estímulo.
La elección del modelo depende de otros factores como
el coste, la familiaridad del personal de investigación con diferentes
especies, la disponibilidad de las instalaciones para estabular animales
grandes, etc. Los animales pequeños (ratas, ratones, conejos) son
apropiados para estudios de mortalidad. La obtención de muestras de sangre
está limitada por el pequeño volumen sanguíneo de estos animales. Los
animales grandes son más apropiados para obtener muestras de sangre más
abundantes, y permiten una monitorización más completa (inserción de
catéter de arteria pulmonar, medición de flujos sanguíneos regionales,
etc.). El estudio de la influencia de la dotación genética sobre la
respuesta al insulto es posible en animales pequeños. Por ejemplo, el uso
de la cepa de ratas CH3/HeN, que es una cepa resistente a la endotoxina
(hoy sabemos que debido a una mutación en el Toll-like receptor 4, que
transduce los cambios inducidos por la endotoxina), ha sido de gran
utilidad para estudiar los mecanismos de acción de la endotoxina y las
bacterias gramnegativas.
La elección del modelo experimental depende de la
pregunta de investigación planteada. La pregunta plantea la medición de un
efecto (variable dependiente) mediante la alteración de otro u otros
factores (variables independientes). La pregunta debe formularse en términos
de una hipótesis que defina la población de estudio, describa
detalladamente las intervenciones, considere la magnitud del efecto
esperado de la intervención, y plantee un curso temporal de los eventos (Fig.1-4):
Figura 1. Cambios en diferentes variables hemodinámicas en
ovejas que han recibido en t=0 una dosis i.v. de E. coli en 30 min., y efectos del
tratamiento con L-Arginina. Se observa hipotensión transitoria, aumento
marcado seguido de una disminución de la resistencia vascular sistémica,
sin cambios en el transporte de oxígeno. El tratamiento con L-Arginina se
asocia con una mayor hipotensión, con disminución de la resistencia
vascular y con un aumento del transporte de oxígeno (debido a un aumento
del gasto cardíaco). Paneles de la izquierda: animales control. Paneles de
la derecha: animales sépticos. Símbolos vacíos: no tratados. Símbolos
llenos: tratados con L-Arginina (Lorente JA, Delgado MA, Tejedor C, Mon E, Hervás M, Pascual T,
Fernández-Segoviano P, Rieppi G, Soler A, Ayuso D, Esteban A. Modulation
of systemic hemodynamics by exogenous L-arginine in normal and bacteremic
sheep. Crit Care Med 2000; 27: 2474-2479).
Figura
2.
Cambios en diferentes variables
hemodinámicas en ovejas que han recibido en t=0 una dosis i.v. de E. coli en 30 min.
y tratamiento con aminoguanidina (AG), un inhibidor selectivo de la NO
sintasa inducible. El tratamiento con AG atenúa la hipotensión y la
disminución de la resistencia vascular sistémica asociados a la sepsis.
Paneles de la
izquierda: animales control. Paneles de la derecha: animales sépticos.
Símbolos vacíos: no tratados. Símbolos llenos: tratados con AG
(Lorente JA, Tejedor C, Delgado MA,
Fernández-Segoviano P, Jara N, Tobalina R, Rodríguez-Corcos A, Moscoso A,
Esteban A. Hemodynamic, biochemical and morphological changes induced by
aminoguanidine un normal an septic sheep.
Intensive Care Med 2000; 26:
1670-1680).
Figura 3. En cerdos sépticos (E. coli i.v.) la
administración de hemoglobina (Hb) disminuye los flujos regionales por
captación de
NO. El tratamiento con glutation (GSH) atenúa el efecto de la Hb
sobre los flujos regionales, quizá mediando reacciones de trans-nitrosilación
y aumentando la disponibilidad de NO vasoactivo. C:
control; S:
séptico; H:
no séptico tratado con Hb; SH:
séptico tratado con Hb. Barras vacías, antes de la administración del GSH.
Barra llenas, después de la administración de GSH. (Tejedor
C, Lorente JA, Delgado MA,
Fernandez-Segoviano P, De Paula M,
Tobalina R, Alonso M, Moscoso A,
Soto F, Blazquez J,
Esteban A. Interaction
between hemoglobin and glutathione in the regulation of blood flow
in normal and septic pigs.
Care Med.
2002; 30: 2493-2500).
Figura 4. En cerdos sépticos (E. Coli i.v.) el desarrollo de
hipotensión se acompaña de aumento de la concentración de
nitrosotioles (RSNOs) (compuestos vasoactivos que median la
acción del NO) en el suero (Panel central). Los cambios en la presión
arterial presentan una correlación con los cambios en la concentración de
RSNOs (Panel derecho). En animales no sépticos no hay cambios en la
concentración de RSNOs ni en la presión arterial media (MAP) (Panel
izquierdo). (Tejedor C,
Lorente JA, Delgado MA,
Fernandez-Segoviano P, De Paula M,
Tobalina R, Alonso M, Moscoso A,
Soto F, Blazquez J, Esteban
A. Interaction between
hemoglobin and glutathione in the regulation of blood flow
in normal and septic pigs.
Care Med.
2002;30:2493-500).
El efecto del tiempo es crucial al considerar la
validez de los diferentes modelos. Se requiere un curso temporal para el
desarrollo de la respuesta del huésped al insulto, para que el daño
secundario al insulto progrese, para que se active la respuesta
inflamatoria, y para que la intervención terapéutica module esos procesos.
2.1. Mecanismos compensadores
La respuesta hemodinámica característica de la sepsis
humana es el desarrollo de una circulación hiperdinámica normo o
hipotensa. Esta respuesta se puede reproducir en ovejas y ratas mediante
ligadura y punción del ciego (LPC), mientras que la administración de
bacterias o endotoxina se asocia generalmente con una situación
hipodinámica. La infusión de dosis bajas de endotoxina acompañada de
resucitación con fluidos también produce una respuesta hiperdinámica [1,
2].
2.2.
Progresión de la disfunción de los órganos: efecto del tiempo
La sepsis humana se asocia con disfunción secuencial de
órganos que se presenta a lo largo del tiempo tras el insulto séptico.
Sólo los modelos que permiten una monitorización prolongada a lo largo del
tiempo ofrecen la oportunidad de estudiar la disfunción de los órganos
asociada al insulto séptico. Por ejemplo, se puede observar disfunción
orgánica en ratas durante las 96 horas tras LPC [3], y cambios en la
permeabilidad capilar pulmonar en ovejas a lo largo de 72 horas tras LPC.
Asimismo, el deterioro de la reactividad vascular y la
disminución y posterior normalización de la fracción de eyección del
ventrículo izquierdo, cambios característicos de la sepsis humana y
reproducidos en modelos animales, requieren un tiempo para desarrollarse.
Modelos en los que la mortalidad precoz sea muy elevada
o el tiempo de observación sea reducido no ofrecen la oportunidad para el
desarrollo de disfunción de órganos, y serán inadecuados para ciertos
estudios en los que se pretenda estudiar efectos de intervenciones sobre
la aparición secuencial de fallo orgánico tras el estímulo séptico.
2.3.
Activación de la respuesta inflamatoria
La respuesta inflamatoria se caracteriza por una
liberación transitoria de TNF- α,
seguida por la liberación de IL-1-β e IL-6. Asimismo, el daño intestinal
asociado a la sepsis, caracterizado por hipoperfusión e hipoxia de la
mucosa intestinal, facilita la translocación de bacterias y toxinas, lo
cual puede amplificar y perpetuar la respuesta inflamatoria durante
períodos de tiempo prolongados tras el estímulo séptico.
2.4.
Intervenciones terapéuticas
Los modelos de LPC son aptos para la evaluación de
terapias en los cambios fisiopatológicos inducidos por la sepsis. Los
modelos agudos de endotoxinemia están limitados en general a períodos
cortos de observación, y permiten evaluar el efecto de intervenciones
terapéuticas sobre cambios precoces tras el estímulo séptico.
El conocimiento en los años 50 de que la endotoxina
tiene un papel central en la fisiopatología de la sepsis llevó al
desarrollo de modelos animales en los que se intentaba reproducir algunos
cambios característicos de la sepsis mediante la administración de
endotoxina. La elevada dosis de endotoxina que se requiere para producir
estos cambios resta relevancia clínica a los modelos experimentales. La
administración es en bolos por vía intravenosa (i.v.) o intraperitoneal (i.p.). Con el objeto de facilitar
que el huésped disponga de tiempo suficiente para desarrollar una
respuesta patofisiológica al insulto, se puede administrar mediante
infusión continua a través de la implantación de una bomba de infusión
osmótica. Este modelo ofrece la ventaja adicional de que se puede estudiar
al animal consciente durante varios días.
La respuesta a la endotoxina depende de la especie, y
en algunos aspectos difiere marcadamente de la que caracteriza a la sepsis
humana. En perros, la administración de una dosis letal conduce a
hipotensión desde el primer minuto, vasoconstricción venosa hepática y
disminución del retorno venoso. La presión arterial se normaliza durante
la primera hora. Posteriormente, el gasto cardíaco y la presión arterial
disminuyen y el animal fallece en el contexto de una situación
hipodinámica [4].
Por el contrario, la administración de endotoxina a
primates subhumanos se asocia con una disminución del gasto cardíaco sin
hipotensión, y –a diferencia de lo que se observa en pacientes- un aumento
de la diferencia arterio-venosa de oxígeno. La hipotensión es un evento
preterminal.
El modelo de endotoxinemia no es propiamente hablando
un modelo de sepsis, pues el estímulo que conduce a los cambios
fisiopatológicos no es infeccioso. La endotoxinemia es, pues, sensu
stricto, un modelo de inflamación sistémica, más que un modelo de sepsis.
Sin embargo, se acepta como modelo para estudiar la fisiopatología de la
sepsis, ya que la endotoxina es una molécula central en la fisiopatología
de la sepsis. En el 44% de los enfermos críticos se encuentran niveles
elevados de endotoxina [5], algunos de los cuales presentan infección por
bacterias grampositivas. En estos casos, el origen de la endotoxina
probablemente sea las bacterias gramnegativas de la luz intestinal. Los
niveles de endotoxina se relacionan con el desarrollo de disfunción
multiorgánica y con la mortalidad [6].
3.1.
Modelos de endotoxinemia en roedores
Los modelos de endotoxinemia en roedores presentan
limitaciones adicionales. Las dosis necesarias para producir shock son
10-100 veces superiores a las necesarias en humanos. A diferencia de la hiperglicemia y
el aumento persistente de la gluconeogénesis encontrada en
humanos, los roedores tratados con endotoxina presentan una hiperglicemia
transitoria que rápidamente evoluciona hacia una situación de hipoglicemia.
La hipotensión inducida por la endotoxina no se debe a vasodilatación,
como en humanos, sino que sucede en el contexto de un aumento marcado de
la resistencia sistémica [7].
Efecto de la dosis
La administración de dosis elevadas de endotoxina a
conejos (5 mg/kg) produce una situación hipodinámica, mientras que la
administración de dosis menores (1-3 mcg/kg) induce una respuesta
hiperdinámica semejante a la observada en humanos [8, 9]. En ratas se han
encontrado diferencias semejantes [10, 11].
La mortalidad a las 48 horas puede ser fácilmente
manipulable mediante la dosis, desde 10% con 5 mg/kg en bolus i.p. hasta 80%
con 20 mg/kg en bolus i.p.
Efecto de la duración de la administración
La administración a ratas de 5 mg/kg en bolus i.p. se
asocia con una mortalidad a las 48 horas del 10%, mientras que la misma dosis
i.p. administrada en 24 horas se asocia con una mortalidad del 0%. La misma
dosis i.v. de 5 mg/kg se asocia con una mortalidad del 0% o del 90%, según
se administre a lo largo de 24 horas o de 4 horas [12, 13].
También se ha descrito un modelo de sepsis inducido por
la administración i.v. continua de endotoxina, con el objeto de remedar la
situación clínica de endotoxinemia continua. La administración i.v. de
endotoxina a la dosis de 3 mg/día produce hipercatabolismo e hipotensión,
y es apropiado para el estudio de cambios metabólicos y cardiovasculares
[14].
Vía
de administración
La administración i.v. de endotoxina en ratas produce
una elevación marcada y transitoria de la concentración de endotoxina en
el suero, mientras que la administración por vía i.p. produce una
elevación más progresiva durante las 3 horas siguientes al estímulo [15].
Modelos de sensibilización
La sensibilidad a la endotoxina aumenta mediante la
administración previa de ciertos agentes como la D-Galactosamina. Dosis de
100 mcg/kg produce en ratas sensibilizadas una mortalidad semejante
(alrededor del 90% a las 48 horas) que dosis de 15 mg/kg en ratas no
sensibilizadas. Los niveles de TNF a las 2 horas (50 ng/ml) son semejantes en
ratas sensibilizadas y no sensibilizadas, mientras que los niveles de
endotoxina son mil veces inferiores (70 ng/ml versus 70.000 ng/ml)
[16, 17]. Este fenómeno se debe a la sensibilización de los hepatocitos al
efecto de citoquinas inducidas por la endotoxina, particularmente el TNF- α.
La administración de anticuerpos anti-TNF disminuye la mortalidad de ratas
sensibilizadas que reciben 100 mcg/kg de endotoxina i.p. al 0% [18].
La sensibilización a los efectos de la endotoxina se
puede conseguir también mediante la administración previa de plomo,
muramil-dipéptido o mediante la inducción de una infección por bacterias
gramnegativas.
3.2.
Endotoxinemia en ovejas
A diferencia de otras especies (primates, perros,
roedores) la oveja es notablemente sensible a la endotoxina, y presenta
cambios cardiovasculares y pulmonares semejantes a los encontrados
en pacientes con sepsis [19].
El pulmón de la oveja es, junto con el del caballo, el
más semejante anatómicamente al humano. El hecho de que el ganglio
linfático mediastínico caudal recoge, prácticamente sin contaminación
sistémica, sólo linfa pulmonar permite, mediante la medición del flujo
linfático, estimar en la ecuación de Starling-Pappenheimer cuál es el
flujo transvascular de fluido. Por eso, el modelo de fístula linfática
pulmonar crónica se ha establecido como el modelo ideal para el estudio
del flujo transvascular pulmonar en condiciones de bacteriemia o
endotoxinemia. Numerosos estudios han demostrado que la administración de
pequeñas dosis de endotoxina (1 mcg/kg) o de bacterias produce un aumento
del flujo transvascular pulmonar [20]. Ese modelo ha permitido identificar
dos fases en los cambios circulatorios pulmonares tras la administración
de endotoxina. La fase inicial se caracteriza por hipertensión
pulmonar debida a un aumento de la presión hidrostática capilar y
elevación del tromboxano A2, con formación de edema pobre en proteínas
[21]. En una segunda fase el edema pulmonar se debe a un aumento de la
permeabilidad y la presión en la arteria pulmonar disminuye.
3.3.
Endotoxinemia en humanos
A diferencia de las ratas, los conejos y los humanos
son muy sensibles a pequeñas dosis de endotoxina. La administración de 4
ng/kg iv induce un cuadro gripal en 90 min., fiebre y taquicardia, que
alcanzan un máximo a las 2-3 horas, y un aumento de la concentración sérica de ACTH y
adrenalina. Se puede detectar un aumento del TNF desde el minuto
90, que alcanza un máximo a las 3 horas, y es indetectable a las 4 horas. Los
niveles de IL-6 e IL-8 alcanzan un pico a las 3 horas post-endotoxina,
mientras que los niveles de IL-1-β e IFN-γ no cambian. La respuesta
hemodinámica consiste en hipotensión, aumento del gasto cardíaco y
disminución de la resistencia vascular, cambios que son máximos a las 3 horas
post-endotoxina [22-25]. Entre los cambios cardiovasculares que pueden
ser relevantes para la respuesta humana a la sepsis se encuentra una
disminución de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo.
La endotoxinemia se asocia con un pico de actividad
t-PA a las 2 horas post-endotoxina, que desaparece hacia la hora 3, seguida de
un aumento de la actividad PAI, que alcanza un máximo a las 4-5 horas y
desaparece hacia la hora 24 post-endotoxina. El aumento del PAI coincide
con la aparición de signos de activación de la coagulación. El perfil
coagulopático consiste, pues, en una activación transitoria de la
fibrinolisis seguida de una fuerte inhibición de la fibrinolisis durante
las horas en que la coagulación se encuentra máximamente activada. Todos
estos cambios favorecen la formación de depósitos de fibrina en la
microcirculación.
Los cambios hemodinámicos y bioquímicos se normalizan a
las 9 horas tras el estímulo séptico.
4.1.
Infección bacteriana en roedores
La administración de bacterias por diversas vías en
roedores puede reproducir varios cambios característicos de la sepsis
humana. Sin embargo, su relevancia clínica está limitada por el hecho de
que estos insultos consisten en la administración de dosis muy elevadas de
bacterias, en modelos en los que el huésped es incapaz de localizar la
infección, a diferencia de lo que suele ocurrir en la situación clínica.
La administración de E. coli vivos en dosis de 1010 UFC a cobayas
induce una respuesta hipo o hiperdinámica, según que la administación sea
i.v. o subcutánea. [26, 27, 28].
La inyección de bacterias vivas por vía oral o i.p.
induce un estado de sepsis en las ratas. Dependiendo del germen, de la
dosis y de la suspensión en la que se vehiculizan los gérmenes, la
mortalidad puede ser nula [7], o del 100% en 48 horas [29, 30].
4.2.
Modelo de bacteriemia en ovejas y cerdos
Tanto las ovejas como los cerdos se caracterizan por
presentar disfunción pulmonar tras la administración i.v. de bacterias.
Este cambio, que no se observa en perros y roedores, se debe probablemente
a la presencia de macrófagos intravasculares pulmonares [31].
En el modelo porcino no se ha podido inducir una
respuesta hiperdinámica a pesar de una resucitación con fluidos agresiva
[32]. En ovejas, la infusión de P. aeruginosa o endotoxina a lo largo de
30-60 min. se asocia con una respuesta hiperdinámica tras una corta
respuesta hipodinámica. La administración de dosis más elevadas de
bacterias origina únicamente una respuesta hipodinámica.
4.3.
Modelo de bacteriemia en primates
El modelo de sepsis en primates ofrece la ventaja de
que, debido a la proximidad filogenética de estas especies con el hombre,
la respuesta cardiovascular y respiratoria es semejante a la presentada
por los humanos. Además, existe reactividad cruzada con numerosas
moléculas humanas, lo cual facilita la determinación de su concentración.
[33, 34].
La administración intravenosa de E. coli en primates
anestesiados, traqueostomizados y monitorizados hemodinámicamente produce
una bacteriemia que es aclarada de la circulación en 15 minutos tras la
interrupción de la infusión [35]. Los microorganismos persisten en los
tejidos a las 8 horas de la infusión i.v., pero no a las 72 horas post-infusión.
La infusión i.v. de E. coli en dosis de 2x1010 UFC durante 8 horas en
animales anestesiados y resucitados con Ringer lactato (RL) 5 ml/kg/h. al principio del
experimento, y RL 18-35 ml/kg/hr hacia el final del experimento, se asocia
con una respuesta hiperdinámica caracterizada por taquicardia, hipotensión
y aumento del gasto cardíaco. Otros cambios encontrados fueron leucopenia,
trombopenia, acidosis e hipoxemia. También se observa liberación de
proteasas (elastasa, catepsina, colagenasa), activación del complejo
terminal del complemento y activación de C3, y signos bioquímicos de
coagulación intravascular diseminada. El modelo se acompaña de necrosis
tubular aguda, hepatocitolisis y colestasis. El hígado, pulmón, adrenales
e intestino delgado presentan en el examen histológico edema, hemorragia y
signos de coagulación intravascular.
Si la dosis administrada de E coli es menor y durante
un período de tiempo de infusión más corto (5x108 UFC/kg durante 2 horas), se
observa, en comparación con el modelo utilizando una dosis mayor, una
menor hipotensión y un menor aumento del gasto cardíaco. Los cambios
bioquímicos y morfológicos, y en la función de los órganos son menos
marcados.
Con el objeto de estudiar el efecto sobre la mortalidad
de intervenciones farmacológicas, se ha diseñado un modelo subcrónico
consistente en la administración de E coli (2x109 UFC/kg i.v.) durante 2
horas, retornando el animal a su jaula, donde continua intubado,
recibiendo fluidos y soporte ventilatorio si se requiere, durante un
período de observación de 72 horas. La mortalidad de este modelo es elevada,
en torno al 80-90%.
Con el objeto de simular la situación clínica en la que
el paciente puede sufrir repetidos episodios de bacteriemia, se ha
diseñado un modelo subcrónico en el que el animal recibe 3 dosis de E. coli
(1x108 UFC/kg. el primero, seguido de dos administraciones de 5x107 UFC/kg)
cada 24 horas. Este modelo se asocia con una mortalidad del 50-60%, menor y
más tardía a la asociada a la dosis única mayor.
En resumen, el modelo agudo de bacteriemia en
primates es adecuado para el estudio de cambios hemodinámicos asociados al
shock séptico. El modelo subcrónico es pertinente para el estudio de
terapias que tengan un impacto sobre la mortalidad, así como para el
análisis de cambios bioquímicos y morfológicos, que requieren un mayor
período de tiempo para su desarrollo.
5.1.
Peritonitis inducida mediante implantación de bacterias vivas o material
fecal
Otro modelo experimental de sepsis consiste en la
administración i.p. de bacterias vivas o material fecal. La inoculación
fecal de ratas produce una respuesta hipermetabólica y es letal durante
los siguientes 5 días [36]. La administración i.p. de bacterias vivas en
cultivo puro o con un adyuvante produce bacteriemia. Sin embargo, de la
misma forma que la endotoxinemia, en este modelo el huésped no tiene
oportunidad de localizar la infección y desarrollar una respuesta completa
compensatoria.
Se puede inducir peritonitis mediante la implantación
de cápsulas de gelatina que contienen sulfato de bario y heces. El sulfato
de bario es un irritante que aumenta la respuesta inducida por las
bacterias. Este modelo se asocia con una elevada mortalidad a las 72 horas
[37].
La peritonitis en perros inducida mediante la
implantación de un coágulo infectado se realiza mediante la colocación
en el peritoneo de un coágulo de fibrina que contiene bacterias gramnegativas. El animal puede ser mantenido despierto durante días,
sometido a tratamiento antibiótico y a resucitación con fluidos. La
respuesta cardiovascular consiste en hipotensión, disminución del gasto
cardíaco y resistencia vascular sistémica normal, que evoluciona hacia una
situación de aumento del gasto cardíaco, normotensión y disminución de la
resistencia vascular. La fracción de eyección del ventrículo izquierdo disminuye tras la implantación del coágulo,
alcanzando un mínimo al día 2-3, para luego nomalizarse hacia el día 7.
El modelo permite el estudio de la respuesta de la
función cardiovascular a diferentes dosis del estímulo séptico y a
diferentes intervenciones terapéuticas [38-40].
5.2.
Modelo de ligadura y punción del ciego
La ligadura del ciego produce una peritonitis debido a
necrosis del ciego. Sin embargo, estudios posteriores [41, 42] demostraron
que las ratas forman en torno al área necrótica un absceso tabicado que
toleran considerablemente bien, sin mostrar mortalidad en períodos de
seguimiento de hasta un mes.
La punción del ciego antes de retornar el intestino a
la cavidad permite el paso de flora intestinal al peritoneo de una forma
continua, dando lugar a una peritonitis por un mecanismo similar al que
presentan los enfermos con perforación intestinal. El modelo es, pues, de
gran relevancia clínica, y presenta una mortalidad fácil de manipular
variando el tamaño de las perforaciones intestinales.
Estos animales presentan bacteriemia y, debido a la
naturaleza del insulto, tienen tiempo de desarrollar una respuesta. Se
observa una respuesta hiperdinámica durante las primeras 12 horas tras la LPC,
que evoluciona a un estado hipodinámico hacia la hora 16-24, presentando
hiperlactatemia, hipoglucemia, y una mortalidad del 95% a las 72 horas.
El modelo es de gran utilidad para estudiar cambios
metabólicos y hemodinámicos de la sepsis, así como para analizar cambios
en la mortalidad inducidos por diversos tratamientos.
Para optimizar los modelos de sepsis es fundamental
considerar si el animal es tratado de forma similar a un paciente,
incluyendo la reposición de volumen, la antibioterapia y el tratamiento
quirúrgico.
La reposición de volumen es esencial para mantener la
circulación y el funcionamiento de los órganos. En los modelos de
endotoxemia, la fluidoterapia modifica la supervivencia y las
características hemodinámicas, y en los modelos con perforación influye de
manera significativa en la respuesta inmunológica [43-45]. En la mayoría
de los estudios de LPC en ratas se administra un bolo único o bolos
repetidos de salino fisiológico 30-60 ml/kg. por vía subcutánea [46-50].
Para remedar de forma más precisa la situación clínica, en algunos modelos
se administra una infusión continua tras el bolo inicial [51-54].
En los animales grandes se puede administrar una dosis
de fluidos fija [55-57] o ajustar la dosis de manera individual [58-61].
La ausencia de fluidoterapia en los modelos de sepsis
causa interacciones serias entre la sepsis y el shock hipovolémico
subsiguiente. La fisiopatología y la función inmune varían
significativamente si se administra o no fluidoterapia [62]. A pesar de
ello, algunos autores evitan la administración de fluidos para controlar
mejor las condiciones experimentales, aunque esto ponga en peligro la
validez de los resultados [63].
La administración de antibióticos se puede hacer con
dos objetivos: comprobar la eficacia de los mismos en el desarrollo de la
sepsis [64-66] y hacer el modelo más clínicamente relevante [67-71].
El diseño experimental en un modelo tratado con fluidos
y antibióticos sirve de guía para el diseño de ensayos clínicos
posteriores y así conseguir resultados más válidos que cuando se emplean
nuevas estrategias en animales no tratados.
La intervención quirúrgica es una parte fundamental del
tratamiento de la sepsis. Por eso, algunos modelos consisten en un
estímulo séptico acompañado de un tratamiento quirúrgico, que consiste en
la excisión quirúrgica del foco infeccioso y el lavado peritoneal tras LPC
[72-75].
7. Aportación
de los modelos preclínicos de sepsis al conocimiento de la sepsis
humana |
Los modelos pre-clínicos de sepsis han contribuido
definitivamente al conocimiento de numerosos aspectos de la sepsis humana.
No se pueden revisar aquí de forma exhaustiva todos los conocimientos
sobre la sepsis que están originados en el estudio de modelos animales,
sino sólo aquellos que son más relevantes, particularmente algunos de los
que han conducido al diseño de ensayos clínicos.
7.1.
Tratamientos anti-inflamatorios
Como es sabido, en casi todos los ensayos clínicos
sobre terapias anti-inflamatorias en humanos (inhibidores de la ciclo-oxigenasa,
antagonistas de la IL-1, anticuerpos anti-TNF, antagonistas de la
histamina, etc.) se encuentra en pequeño pero no significativo efecto
beneficioso asociado a la intervención. Sólo analizando todos los estudios
de forma conjunta se encuentra que las diferentes intervenciones
meta-analizadas se asocian con un efecto estadísticamente significativo
sobre la mortalidad [76-79]. El diseño de estos ensayos clínicos estuvo
basado en estudios pre-clínicos en los que se demostraba el papel central
de estas moléculas en la respuesta del huésped a la infección, y en el
hallazgo de que intervenciones que atenúan esta respuesta inflamatoria se
asocian con una mejor supervivencia.
Nosotros hemos revisado todos los estudios realizados
en modelos experimentales de sepsis que analizaron los efectos de terapias
anti-TNF. Este análisis ha resultado de gran interés, pues permite
identificar en esos estudios pre-clínicos áreas de eficacia que fueron
posteriormente encontradas en los ensayos clínicos. Tal es el caso de la
mayor eficacia del tratamiento anti-TNF en infecciones bacterianas
gramnegativas en comparación con infecciones grampositivas [80, 81].
Otro hallazgo de interés [80] fue que, si bien los
estudios pre-clínicos que estudian los efectos de anticuerpos anti-TNF
demuestran eficacia, aquellos en los que se utilizan animales manipulados
genéticamente (como animales deficientes en el gen del TNF, deficientes
en el receptor soluble del TNF, o deficientes en el receptor del TNF) no
encontraron efecto protector (la mortalidad en el grupo deficiente no era
inferior a la del grupo normal). Este hallazgo recuerda el resultado de
que en los ensayos clínicos en que se utilizaron dosis elevadas de
receptores solubles del TNF la mortalidad empeoró respecto al grupo
control [76].
Asimismo, hemos encontrado que el tratamiento anti-TNF
está en relación con la mortalidad del grupo control: si la mortalidad es
inferior al 50%, el tratamiento produce daño; si la mortalidad es superior
al 50%, el tratamiento produce beneficio [80]. Este hallazgo también ha
sido encontrado en ensayos clínicos humanos. Hay por lo menos tres
tratamientos probados en ensayos clínicos en humanos cuyo efecto sobre la
mortalidad está en relación con el efecto del tratamiento: el tratamiento
con el antagonista del receptor de la IL-1, con proteína C activada y con
anticuerpos monoclonales anti-TNF [81-84].
7.2.
Tratamientos anticoagulantes
Estudios en animales y en humanos demostraron que la
sepsis se acompaña de un estado sistémico procoagulante, sentando las
bases para la hipótesis de que la inhibición de la coagulación en la
sepsis humana puede asociarse con una mejor supervivencia [85-91].
El efecto de la terapia anticoagulante en la sepsis
grave ha sido estudiada en ensayos clínicos que han investigado el efecto
de la administración de los tres anticoagulantes endógenos fisiológicos
(la antitrombina III, la proteína C activada [PCA] y el inhibidor de la
vía del factor tisular [TFPI]) [84, 89]. Como es conocido, sólo el
tratamiento con PCA demostró eficacia, con un NNT de 16 para salvar una
vida en la población de estudio, y un NNT de aproximadamente 6 para salvar
una vida en aquellos pacientes de mayor gravedad de acuerdo con el número
de órganos en disfunción o la puntuación APACHE II (que son aquellos para
los que existe aprobación en Norteamérica y en Europa).
7.3.
Tratamientos hemodinámicos
El estudio de los mecanismos de hipotensión en la
sepsis experimental ha permitido identificar el papel central de la
inducción de la óxido nítrico (NO) sintasa inducible (iNOS) en la
hipotensión inducida por la endotoxina o por la sepsis. Mientras que el NO
liberado en condiciones fisiológicas por la NO sintasa constitutiva (cNOS)
resulta necesario para mantener una homeostasis normal en el huésped, el
aumento de la expresión de iNOS en la sepsis conduce, entre otros cambios,
a una vasodilatación excesiva y a daño en la función celular mediante la
formación de peroxinitrito, al reaccionar el NO con el radical superóxido
[92-99].
Un ensayo clínico en fase II sobre los efectos de la
L-N-monometil-arginina (LNMMA) en pacientes con shock séptico demostró que
esta intervención se asociaba con una mayor proporción de enfermos en los
que el shock se resuelve a las 72 horas. En base a estos resultados
esperanzadores, se diseño un ensayo clínico en fase III para analizar los
efectos de esta intervención sobre la mortalidad [100]. Probablemente
debido a cambios en el protocolo, que permitían aumentar la administración
de LNMMA a dosis mayores y de forma más rápida, se encontró que el
tratamiento se asociaba de hecho a una mayor mortalidad.
Posteriormente se encontró en estudios preclínicos que
la inhibición selectiva de la iNOS, respetando la acción de la cNOS,
mediante la determinados agentes que presentan una mayor afinidad por la
iNOS que por la cNOS, se asocia a una mejor superviviencia en la sepsis.
Sería de gran interés probar esta hipótesis en pacientes con sepsis
[94, 95].
7.4.
Tratamiento ventilatorio
Los modelos de daño pulmonar agudo han permitido
describir hace años el concepto de que el pulmón sufre un daño
inflamatorio cuando es sometido a un estrés cíclico inducido por el uso de
volúmenes corrientes elevados [101, 102]. Estudios posteriores encontraron
que bajo estas condiciones ventilatorias se induce una situación de
inflamación sistémica. Estos conocimientos pre-clinicos sentaron las
bases para el diseño de un ensayo clínico que comparara el uso de dos
volúmenes corrientes en pacientes con síndrome de distrés respiratorio
agudo o daño pulmonar agudo. Este estudio encontró una mayor supervivencia
en los enfermos ventilados con volúmenes corrientes bajos [103].
Interesantemente, ambos grupos no se diferenciaron en el deterioro de la
oxigenación, sino en la duración del fracaso de órganos no pulmonares y en
la duración del shock.
Estos conocimientos han conducido a la elaboración de
recomendaciones sobre pautas ventilatorias en pacientes con sepsis que
potencialmente minimicen el desarrollo de disfunción multiorgánica y
mejoren la supervivencia.
El avance en el conocimiento de la sepsis y de terapias
eficacias ha sido posible sólo gracias al desarrollo de modelos pre-clínicos
de sepsis [104, 105]. Ningún modelo reproduce en todos sus aspectos a la
sepsis humana. Sin embargo, cada modelo experimental permite estudiar al
menos los aspectos de la sepsis humana que el animal reproduce.
Aun cuando todo los modelos presentan limitaciones
importantes, es sorprendente la contribución que han hecho al conocimiento
de aspectos fisiopatológicos y terapéuticos de la sepsis humana.
Revisiones sistemáticas de estudios en animales han permitido alcanzar
conclusiones que se asemejan a los resultados de ensayos clínicos.
Las recomendaciones para el tratamiento de la sepsis
grave están basadas en ensayos clínicos que fueron diseñados en base a un
gran cuerpo de conocimiento procedente de estudios pre-clínicos.
El estudio de la sepsis en modelo pre-clínicos continúa
siendo extraordinariamente necesario para avanzar en el conocimiento de la
biología de la sepsis humana y en el diseño de estrategias terapéuticas
eficaces.
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Natalia Ramos, Fundación de Investigación Biomédica
José A. Lorente Balanza, Servicio de Medicina
Intensiva
Hospital
Universitario de Getafe, Madrid
©REMI,
http://remi.uninet.edu. Mayo 2005.
Palabras clave:
Sepsis, Shock séptico, Modelos experimentales.
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