Traumatismo craneal por aplastamiento: datos
clínicos y radiológicos
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Comentario: [Francisco
Hernández Altemir]
Artículo original:
Takeshi M, Okuchi K, Ninshiguchi T, Seki T, Watanahe T, Ito S, Murao Y.
Clinical Analysis of Seven Patients of Crushing Head Injury. J Trauma
2006; 60: 1245- 1249. [Resumen] [Artículos relacionados]
Introducción: La
mayoría de los traumatismos craneoencefálicos son producidos por fuerzas
dinámicas que provocan fuerzas rotacionales significativas y producen torsión y daño axonal difuso. Los traumatismos craneales por
aplastamiento son infrecuentes y están causados por fuerzas estáticas con
una duración mayor de 200 ms y aplicados sobre superficies amplias.
Resumen:
Los autores analizan 7 pacientes con TCE producido por fuerzas estáticas. Todos los pacientes tenían
importantes lesiones de tejidos blandos y abrasiones en cara y cabeza. La
media de edad fue de 5,9 años. Todos los pacientes presentaron fístula de
LCR. Hubo 6 pacientes con epístaxis y 5 con otorragia. La contusión pulmonar
fue la lesión asociada más frecuente, la media de GCS fue de 8
puntos, y la focalidad neurológica mas frecuente encontrada fue ausencia de
reflejo fotomotor y parálisis fláccida. 5 pacientes tuvieron que ser
reanimados en el lugar del accidente y 4 fallecieron horas después. Los
hallazgos neurorradiológicos consistieron en múltiples fracturas lineales craneales
y fractura de la base del cráneo. Los pacientes con fractura de la base del
cráneo sin otras fracturas asociadas sobrevivieron al traumatismo.
Fueron muy frecuentes el neumoencéfalo y el hematoma subdural agudo
(73% y 43% respectivamente). Los 3 pacientes que sobrevivieron tuvieron recuperación
total en cuanto a la afectación de pares craneales.
Comentario:
Las lesiones por aplastamiento poseen
características propias. Las alteraciones de la conciencia son poco
frecuentes. Sin embargo, son frecuentes las fracturas de la base del cráneo
y la parálisis de pares craneales. El tipo de lesión viene
determinada por la
intensidad y dirección de las fuerza aplicadas a la base del cráneo. Las
fuerzas estáticas producen menos daño neurológico que las producidas por
fuerzas dinámicas, ya que el cráneo es capaz de absorber la fuerza estática
y solo se daña el cerebro cuando estas fuerzas son excesivas, produciendo
contusión y hematoma subdural agudo. La elasticidad y plasticidad son
factores muy importantes en este tipo de traumatismos, siendo la edad el
factor determinante fundamental. Los pacientes cursan con epístaxis,
otorragia, parálisis de pares craneales y neumoencéfalo. Las fracturas
orbitarias y esfenoidales son frecuentes, aunque
no se han documentado lesiones del nervio óptico. Las
áreas temporales bilaterales están afectadas en
la mayoría de los casos, y las órbitas y la base de frontal
transmiten fuerzas intensas. Sin embargo, el canal
óptico rara vez resulta comprometido. El pronóstico de estas lesiones oscila
entre fatal o excelente, dependiendo si el cráneo y el cerebro por sí
solos pueden tolerar la aplicación de estas fuerzas estáticas.
Encarnación Molina Domínguez
Hospital General de Ciudad Real
©REMI, http://remi.uninet.edu. Agosto
2006.
Palabras clave:
Traumatismo craneoencefálico, Lesiones por aplastamiento, Fracturas de base
de cráneo.
Comentario Francisco Hernández Altemir
Hoy día con los medios diagnósticos tan precisos, me
refiero fundamentalmente al TAC y a la RM, quizá hablar de fracturas de la
base del cráneo como diagnóstico global, en el que parece que entra todo,
debería matizarse algo más específico y puntual para darle a cada caso el
justo diagnóstico, pronóstico y tratamiento. No soy neurocirujano, pero creo
que habría que afinar más y que me perdonen los que verdaderamente conocen
del tema.
El motivo de conseguir una mayor definición del
traumatismo craneal con representación en las estructuras de la base del
cráneo se debe a que no pocas veces los traumatismos craneofaciles asocian
fracturas de ambas estructuras y que su tratamiento simultáneo, debería ser
más imprescindible de lo que suele ser, el neurocirujano está más habituado
a retrasar las cirugías conjuntas con el cirujano oral y maxilofacial, y
esto perjudica los buenos resultados orofaciales, y sin duda en no pocas
ocasiones también los neuroquirúrgicos, al hacerse más persistentes las
fístulas de LCR, neumoencefalo, reconstrucciones de la arquitectura
frontal, etc. En definitiva pues, ambas especialidades deberían coincidir
más frecuente y tempranamente en los quirófanos, como así viene sucediendo
en la cirugía craneofacial y de la base del cráneo, donde las técnicas
transfaciales han abierto y roto, además de nuevos retos quirúrgicos,
ciertos grados de autismo entre especialides afines.
Dr. F.Hernández Altemir
Jefe del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial
Hospital Universitario MIguel Servet, Zaragoza
©REMI, http://remi.uninet.edu. Agosto
2006.
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