| Disección aórtica: tratamiento médico
 Pregunta nº 4: ¿cuál sería, a tu juicio,
      la secuencia más correcta de tratamiento inicial del paciente descrito en
      su segundo ingreso, con dolor torácico y disección activa?
       
        
          Ingreso en UCI, nitroprusiato sódico, labetalol,
          morfina
          Morfina, ingreso en UCI, nitroprusiato sódico,
          labetalol
          Morfina, labetalol, ingreso en UCI,
          nitroprusiato sódico
          Labetalol, morfina, ingreso en UCI, nitroprusiato
          sódico Respuesta
      nº 4. La respuesta correcta es (c): Morfina, labetalol, ingreso en
      UCI, nitroprusiato sódico. En
      todo paciente con dolor en que interesa reducir la presión arterial, la
      primera medida terapéutica racional es la analgesia con opiáceos
      intravenosos. En la disección aórtica aguda no tiene sentido el uso de
      otra vía de administración que no sea la intravenosa. Habitualmente se
      administra morfina en bolos de 2-3 mg cada 5-10 minutos hasta conseguirse la
      analgesia, seguida de una perfusión de 1-2 mg/hora. Son efectos
      secundarios de la morfina la aparición de náuseas y vómitos, hipotensión
      y depresión respiratoria. La aparición de náuseas y vómitos en el
      paciente con disección aórtica debe tratarse enérgicamente con antieméticos,
      reduciendo la dosis de morfina o cambiando ésta por otro opiáceo o algún
      analgésico no opiáceo, como proparacetamol o dipirona (metamizol). No se
      recomiendan los fármacos que pueden alterar la función plaquetaria, como
      la aspirina, el ketorolaco u otros antiinflamatorios no esteroideos. La
      morfina reduce la respuesta simpática asociada al dolor y, más allá del
      alivio sintomático, contribuye a reducir la presión arterial y la fuerza
      de la contracción cardiaca. El labetalol es probablemente el agente
      betaadrenérgico más utilizado en nuestro medio en la actualidad. Posee
      efecto bloqueante adrenérgico mixto, alfa y beta. Se puede administrar en
      bolo sin que sea imprescindible, aunque sí aconsejable, la monitorización
      invasiva de la tensión arterial desde el inicio del tratamiento, por lo
      que es un fármaco que se puede utilizar en los servicios de urgencias.
      Nosotros administramos bolos iv de 20 mg cada 5-10 minutos hasta conseguir
      el control de la frecuencia cardiaca (50-60 lpm) y la tensión arterial
      (en general, tensión arterial sistólica menor de 120 mmHg), seguidos de
      perfusión de 1-2 mg/kg/hora. Otros
      bloqueantes betaadrenérgicos que se pueden utilizar por vía intravenosa
      son el propranolol, el atenolol, el metoprolol y el esmolol. El
      uso inicial de vasodilatadores como el nitroprusiato sódico está
      contraindicado, por producir una reducción de la postcarga con el
      consiguiente aumento de la contractilidad cardiaca (dP/dt) y de las
      fuerzas de cizallamiento aórticas. El nitroprusiato sódico se reserva
      por tanto como segundo fármaco, siempre asociado al tratamiento
      betabloqueante, cuando con éste y una adecuada analgesia no se consigue
      un control suficiente de la presión arterial. Habitualmente se inicia su
      perfusión en la disección aórtica cuando se ha conseguido el control de
      la frecuencia cardiaca (alrededor de 60 lpm), lo cual indica que ya hay un
      grado adecuado de bloqueo beta-adrenérgico, pero la tensión arterial
      sistólica sigue estando por encima de 120 mmHg. El
      nitroprusiato sódico es un fármaco que se debe utilizar en una Unidad de
      Cuidados Intensivos con monitorización invasiva de la presión arterial, con una
      vigilancia estrecha de su relación dosis-efecto en cada paciente
      concreto, para evitar caídas profundas de la tensión arterial. La duración
      de la infusión debe ser lo más corta posible para evitar la toxicidad
      por cianuro y tiocianato, que se produce cuando se utilizan dosis elevadas durante
      periodos de tiempo prolongados, en especial en pacientes con insuficiencia
      renal. Aparte
      de los fármacos mencionados, se pueden utilizar los calcioantagonistas (verapamil,
      diltiazem), que también tienen un efecto inotropo negativo. Con mucha
      menor experiencia en su uso, se reservan para los casos en que los
      betabloqueantes están contraindicados (EPOC y asma). Cuando
      el enfermo se ha estabilizado, es necesario pasar a medicación oral,
      manteniendo siempre el tratamiento betabloqueante y añadiendo, según el
      caso, calcioantagonistas o inhibidores del enzima conversor de angiotensina. Isabel Cremades NavalónGloria Andrade Vivero
 Eduardo Palencia Herrejón
 ©REMI, http://remi.uninet.edu.
      Febrero 2003.
  
       Enlaces: 
        
          Task
          Force of the European Society of Cardiology:Diagnosis and management of aortic dissection
 Eur Heart J 2001; 22:
          1642-1681. [PDF
          608K]
          Guías
          de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología:Enfermedades de la aorta
 Rev
          Esp Cardiol 2000; 53: 531-541.
          [HTML
          / PDF 70K]
          Imágenes
          en Google: "Aortic dissection" OR "disección aórtica"[Búsqueda]
          Aortic dissection en e-medicine [HTML]
          Valverde Mariscal A, Martos López J. Disección aórtica. En
          "Tratado de Urgencias, Emergencias y Cuidados Críticos". [HTML]. Busque en REMI con Google: 
 
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